1 de abril de 2013

TRANSFORMAR LA IRA EN CALMA



La ira es una de las emociones más dañinas en nuestras vidas y es importante profundizar en los factores que la originan.Una vez hemos tomado conciencia de la presencia de esta emoción el siguiente paso es buscar algún antídoto que nos ayude a transformarla en una energía de calma y serenidad. La ira es una emoción que creamos en nuestra mente como respuesta a como percibimos e interpretamos lo que sucede a nuestro alrededor. 

Es una emoción dolorosa que nos causa sufrimiento y malestar cuando la experimentamos. Sin embargo muchas personas creen que en ocasiones es bueno enfadarse, e incluso piensan que es sano liberar la ira cuando estamos nuy tensos e irritados. Se ha comprobado que a nivel psicosomático esta emoción está conectada diretamente con la aparición de algunas enfermedades del corazón, presión alta, cáncer, úlceras, etc.


Factores detonantes de la ira

a) Expectativas y deseos no satisfechos

la ira puede ser una respuesta hacia alguien que no hace lo que queremos que haga, o bien cuando alguien hace lo no queremos que haga. Se dan a menudo situaciones en nuestras vidas donde las cosas no han sucedido de la forma que queríamos, esperamos o necesitábamos y eso abre la puerta a la ira y otras emociones tóxicas.

b) Vidas aceleradas

En la sociedad actual nuestro ritmo de vida se ha acelerado en gran medida debido a los continuos avances de la ciencia y la tecnología. El éxito se define a menudo por lo rápido que conseguimos las cosas. Tenemos poca paciencia cuando los resultados no suceden lo deprisa que esperábamos. Esto provoca a menudo la aparición de la irritación ante las esperas, colas, atascos de tráfico, lentitud de las personas u ordenadores, etc. Si alimentamos la irritación puede que está se transforme más adelante en frustración (no voy a llegar a la hora prevista, o no conseguiré terminar el trabajo dentro del plazo). Si no adoptamos alguna acción interna positiva para transformar la frustración está se intensificará y  luego aparecerá la ira, e incluso quizás la rabia,  que finalmente se convierte en  una especie de “fuego emocional” que acaba destruyendo la armonía y la paz,  tanto en uno mismo como en los demás. Si no se pone atención, estos patrones de emociones y conductas se  convertirán en un hábito, arraigándose profundamente en la conciencia del individuo, que acabará creyendo que esa ira forma parte de su personalidad.

c) Sentimiento de injusticia

la ira puede aparecer fácilmente cuando crees que, de acuerdo a tus intereses, principios o moral algo no es correcto. Esto demuestra tres puntos débiles en tú forma de pensar y reaccionar:
a)      No te das cuenta que tu ira solo está incrementando la negatividad ya existente.
b)      Estás haciendo lo mismo que el agresor, atacando a alguien.
c)      Te has convertido en una víctima de la situación y ahora te estás vengando. 

Detrás de tu ira se esconde a menudo alguien que está diciendo: "esta persona me está impidiendo ser feliz y debo castigarla por ello". La ira que sale de tí es como un grito de alguien que está pidiendo paz, amor y comprensión.


Algunos antídotos para la ira

a) Desarrollar aceptación: no podemos cambiar el pasado ni a otras personas. No podemos controlar el mundo. La aceptación nos permite pensar con calma y serenidad, ver las cosas desde otra perspectiva, tener más claridad, darnos cuenta de diversas opciones y  pensar en posibles soluciones.

b) Respetar las opiniones y puntos de vista de los demás aunque no estemos de acuerdo con ellos.

c)  Disminuir las expectativas: Si te identificas con algo en tu mente y eso se daña o no sucede como querías te afecta y te trastorna. Por tanto procura no apegarte a nada ni a nadie. No tengas ninguna expectativa.

d) Ser proactivo en lugar de reactivo y contribuir con ideas constructivas y creativas en vez de culpar, castigar o recriminar. 

 e) Práctica a diario de la meditación: te ayudará a tomar distancia de esas emociones negativas y a no identificarte con ellas. Aprenderás a estabilizarte en tu centro, donde encontrarás un manantial de paz y serenidad.