10 de febrero de 2014

BENEFICIOS DE LA APRECIACIÓN Y LA GRATITUD


Una persona que internamente está satisfecha tiene una actitud de gratitud ante la vida. Esta actitud también permite a la persona ser más feliz. El bienestar interior y la calidad de vida son importantes para desarrollar esta actitud de agradecimiento. Todos los seres humanos  queremos ser felices, sin embargo, no experimentamos el potencial completo de la felicidad ¿por qué? Todos experimentamos momentos de felicidad pero no de felicidad constante. Tiene mucho que ver la calidad de nuestros pensamientos. La forma en como pensamos acerca de todo lo que  sucede es lo que nos condiciona. 

¿Qué sabotea nuestro bienestar interior? 
 
Cuando hay queja o preocupación en nuestra mente hace que no experimentemos esa felicidad constante. A veces vivimos  aplazando nuestra felicidad,  como si la felicidad  nos esperara para el futuro. Pero la felicidad no es un destino a alcanzar, es un camino a recorrer. La calidad de  nuestra vida depende en gran medida de la calidad de nuestra mente. Si no cuidamos bien nuestra mente incluso nos puede traer problemas a nivel físico en nuestra salud. La meditación nos ayuda a crear una mente fuerte con pensamientos de más calidad. A veces las heridas emocionales del pasado o  sombras de creencias suponen una carga de sufrimiento, hacen que nos enfoquemos de una manera u otra ante las situaciones de la vida. Son programaciones internas que nos influyen aunque no nos demos cuenta. En otros momentos generamos deseos que no está en nuestras manos satisfacer y eso nos crea frustración. Una persona puede tenerlo todo a nivel material y a nivel de relación y, aun así, no ser feliz. Entonces debemos reflexionar: ¿qué me está pasando?, ¿que “boicotea” mi bienestar? En mí día a día ¿qué es lo que me afecta? ¿Qué me desestabiliza? ¿Qué me hace perder mi equilibrio? 

 Ir más allá de la culpa, la crítica y el victimismo

Normalmente lo que ocurre es que buscamos culpables y/o responsables de lo que nos pasa, somos víctimas de algo. Pero la actitud de echar la culpa a algo o a alguien nos debilita. Soy el creador de lo que pienso, de lo que siento, no puedo buscar siempre culpables fuera  soy también  responsable de revisarme y cambiar. Es necesario que hagamos un cambio interno, si solo cambio el exterior volverán a surgir los mismos problemas. Es importante ser valiente y honesto para tomar las riendas de mi vida, para enfrentarme a mí mismo. Tengo que aceptar también mi sufrimiento, mis sombras, aprender a perdonarme, a soltar y olvidar. Practicar la capacidad de observar sin emitir juicios morales. Aprender a ver mis debilidades y también  mis fortalezas. Trabajar sobre esto lleva un tiempo pero  forma parte del proceso. Al meditar estas más estable, más centrado en ti mismo, puedes crear   más distancia entre  tú y las situaciones, para no absorber la negatividad del entorno ya que si absorbes la negatividad la mente no puede desarrollar una actitud apreciativa. Cada uno de nosotros llevamos unas gafas, unos modelos psicológicos, con los que interpretamos las situaciones, son nuestros modelos de creencias. 

Algunas metáforas que nos  pueden ayudar a interpretar la vida.  Según la métafora que utilizas para moverte por el mundo determinará tu nivel de apreciación y gratitud:

1) La vida es un campo de batalla en la que solo sobreviven los más fuertes o el mundo es como una prisión o un valle de lagrimas y sufrimiento. Esto crea una actitud defensiva, desconfiada, no apreciativa. 2) La vida es una escuela, es un campo de aprendizaje. Esta actitud es más positiva y crea otro enfoque. 3) La vida  como  un juego. Disfruto de las situaciones , como si fueran un juego, aunque no siempre gane, ya que en un juego a veces se gana y a veces se pierde. 4) La vida es un lugar de servicio, tengo una misión que cumplir. Esta actitud me hace pensar en hacer algo por la humanidad y mis semejantes, ofrecer algo a la vida en retorno a lo mucho que la vida me da, y no pensar solo tomar de ella. 5) La vida como un teatro, somos actores, cada uno tenemos nuestro papel, debemos centrarnos en él, disfrutar del  papel que tengo, sin compararme con otros. 6)  Ser como un invitado en la vida. Esta actitud  nos permite ser más libres, disfrutar más de todo, aunque nada sea nuestro. La inseguridad, el miedo crean dependencia hacia algo porque temo perderlo. Hay dos energías básicas que mueven la vida de los seres humanos: La energía del miedo y la energía del amor. Cuanto menos apegado estoy a las situaciones, a las cosas, más vivo en la energía del amor. 7) ser como un viajero en la vida. Disfrutas de las personas con las que te encuentras sin perder la perspectiva de que el viaje es temporal. Cada compañero  tiene un destino y cada uno tiene su parada, disfruto del viaje disfrutando el presente. Debemos ser el ejemplo de los valores que queremos ver  en el mundo. 
La sencillez es otra clave para desarrollar apreciación por todo lo que nos ofrece la vida. Aprende a vivir de forma sencilla y piensa de forma elevada.