27 de mayo de 2014

CLAVES PARA RECUPERAR EL EQUILIBRIO EMOCIONAL



La palabra emoción viene del latin “emotio”, que a su vez tiene su origen en el verbo emovere, que significa mover, impresionar. La emoción es algo que nos saca de nuestro estado habitual de conciencia. Una energía se mueve con intensidad en nuestro interior y crea fuertes turbulencias en nuestra mente.

Las emociones están conectadas con el ego y el apego. Detrás de todo estado emocional muy alterado suele haber algún apego y conectado al apego siempre hay algún miedo. Por tanto podríamos describir que la emoción es la alteración de la energía de nuestra conciencia cuando el objeto de nuestro apego es dañado, se ve amenazado, es desplazado o se ha perdido.

El ciclo de las emociones tóxicas

Esencialmente hay tres familias de emociones tóxicas, es decir, tres tipos de agitación, tres tipos de perturbaciones que creamos y sentimos en nuestra conciencia cuando nos identificamos con algo que no somos. Son la tristeza, el enojo y el miedo, y funcionan en una perfecta armonía circular.
¿Por qué creamos y sentimos la tristeza? Siempre es porque creemos que hemos perdido algo. La tristeza viene tras una sensación de pérdida. Si con el tiempo tienes muchas pérdidas y creas muchos momentos de tristeza se instalará la depresión.
Al cabo de un tiempo la tristeza pasa y se convierte en enojo, porque intentamos culpar a alguien o algo de nuestra pérdida, por nuestra pena y dolor emocional. Buscamos a alguien sobre el cual proyectar nuestro dolor y empezamos a jugar el juego de la culpa.
Al cabo de un tiempo el enojo también pasará y se convertirá en miedo. Creamos miedo de que pueda volver a suceder. Nace una nueva preocupación. La preocupación es miedo.

Recuperar el equilibrio emocional

La única forma de romper este ciclo de emociones tóxicas y de sufrimiento es darse cuenta que no tenemos nada que perder, lo cual significa darse cuenta de que, primero y principal, nunca podemos poseer nada. Es el apego a nuestra creencia de que podemos poseer cosas lo que causa el apego o identificación y que a su vez es la causa de nuestro sufrimiento mental-emocional.
No es posible romper el ciclo del sufrimiento hasta que no tomemos conciencia de quien somos en verdad. Cuando accedemos a nuestro espacio interior y conectamos con la conciencia de nuestro ser real y eterno, podremos hallar una fuente perdurable de paz y una intención pura y natural de dar nuestro yo y de conectarnos con otros, lo cual es amor.