La meditación es una herramienta para mejorar nuestra forma de pensar. Si aprendemos a organizar y gestionar mejor la energía de nuestra mente eso a su vez repercutirá en todos los ámbitos de nuestra vida.
Otra capacidad importante que desarrollamos a través de la práctica de la meditación es el poder de tomar decisiones adecuadas en cada momento. Con cada decisión que tomamos vamos creando nuestra realidad presente y construyendo nuestro futuro.
La base de las decisiones que tomamos es la capacidad de discernir, ¿Qué es lo más adecuado para esta situación o estas personas?; ¿Que es lo más justo? ¿Qué precio tendremos que pagar por estas decisiones? Para discernir y decidir con precisión necesitamos una mente serena y claridad en nuestro razonamiento. Debemos aprender a crear un espacio de silencio en nuestro interior, de forma que podamos escuchar la sabiduría que emana de lo profundo del alma.
Voces internas y el dialogo interior
En nuestra mente tenemos muchas voces que nos están hablando constantemente: la voz de la conciencia, la del ego, la de los deseos, la del pasado, la de los miedos. Otras son voces externas que entran en nuestro interior, ya sea la de nuestros familiares, compañeros de trabajo, medios de comunicación, los amigos, etc. Todas estas voces internas y externas nos pueden provocar a menudo un estado de confusión y debilidad, lo cual repercute en nuestra capacidad de discernir. Eso nos dificulta tomar decisiones. Debemos practicar la atención sobre nuestra mente para no dejarnos llevar por la voz de nuestro saboteador interior, que suele actuar creando excusas, dudas, quejas o haciéndonos desistir de nuestros propósitos.
La meditación nos ayuda a fortalecer la mente y a pensar con más claridad, pensar con sentido y significado; para crear pensamientos de calidad basados en una motivación sana y constructiva. Así podemos vivir con más consciencia y armonía interior.
Actitudes de las personas conscientes, estables y equilibradas
1) Saber permanecer calmadas e introvertidas. Son observadores imparciales de las situaciones. No juzgan sino que actúan.
2) Toman responsabilidad de sus vidas: Si les vienen pensamientos y sentimientos negativos no van culpando a los demás. Han desarrollado el poder de elegir lo que quieren a cada momento. Saben dar respuestas equilibradas a cada situación.
3) Dejan ser y no intentan controlar a los demás. Entienden que cada uno está interpretando su papel en el teatro de la vida. Se centran en interpretar el suyo lo mejor posible.
4) Permanecen honestas y son coherentes. Su pensar, hablar y actuar son lo mismo. Esto genera confianza en sí mismas y los demás también confían en ellas. Piensan y hablan menos y actúan más.
5) Debido a que tienen un profundo respeto hacia ellas mismas han aprendido a respetar a todo el mundo y no van mendigando por el respeto de los demás. Saben que la forma de recibir respeto es darlo primero.
6) Aceptación; Quien quiera que aparezca en su vida, cualquier cosa que esté sucediendo, lo aceptan, no se resisten a nada ni nadie. Esto no significa que estén de acuerdo con ello o que se resignen, pero no intentan cambiar lo que no pueden cambiar. La cualidad de la aceptación crea en ellas un sentimiento de libertad interior que les permite avanzar en sus vidas en base a la energía del amor en lugar del miedo y las resistencias.
7) Son consistentes y constantes, no se detienen ni se cansan. Mantienen su meta enfrente suyo con claridad. Tienen la actitud de ser estudiantes y de aprender de todo lo que sucede cada día.
8) Saben escuchar lo profundo de su ser y permiten que sea la voz interior de su intuición y sabiduría quien guie el barco de su vida.