¿Qué es la energía?
El término energía (del griego energeia, actividad, operación y energos = fuerza de acción o fuerza trabajando) tiene diversas acepciones y definiciones, relacionadas con la idea de una capacidad para obrar, transformar o poner en movimiento. A nivel del ser humano, la energía sería la fortaleza física, mental y espiritual que necesitan las personas para mantener una actividad o conseguir que las cosas sucedan.
Por
tanto, las personas necesitamos disponer a diario de un buen nivel de energía
para realizar todas nuestras actividades y alcanzar los objetivos que nos
hayamos propuesto Es de vital importancia conocer en profundidad los distintos
niveles de energía que operan en
nuestras vidas, así como los métodos que nos permitirán recargar nuestro ser
y aumentar nuestra fortaleza interna y
recursos personales.
La teoría especial
de la relatividad formulada por Einstein en 1905 demostró científicamente que
todo es energía. Vivimos en un océano de energía, aunque no siempre seamos
conscientes de ello. Los seres humanos somos el resultado de la combinación de
estas energías. La energía básica fundamental, el ser, es sutil y espiritual.
La consciencia espiritual de cada ser humano está integrada en la energía de
los cinco elementos de la materia, manifestada en la forma del cuerpo humano. A
través de estas formas físicas, cada ser humano está relacionado con todas las
demás expresiones de la vida.
Por tanto, podemos afirmar que las personas
disponemos de 4 tipos de energía que
están interrelacionadas:
- Energía
física: expresa nuestra capacidad de movimiento y
realización de acciones en el plano físico. El cuerpo humano tiene su propia
energía, pero diariamente necesita fuentes externas de energía, comida, aire,
luz del sol, agua. Sin estas fuentes externas, el cuerpo humano no podría
existir.
- Energía emocional: relacionada con el tipo de emociones y
sentimientos que tenemos a cada momento. Hay un tipo de emociones negativas
como el miedo, la preocupación, la ira, la angustia, etc. que reducen nuestro
nivel de energía, y otras emociones que llamaríamos positivas, como la empatía,
la comprensión, la alegría, la serenidad, etc. que nos hacen sentir más
equilibrado y estables.
- Energía
mental:. Los pensamientos positivos son fuente
de bienestar y crecimiento personal y nos proporcionan una energía elevada, con una vibración de
alta frecuencia que nos recarga y energetiza. La paz, la sabiduría, el amor, la
felicidad, son energías espirituales que nos dan fuerza, entusiasmo y
vitalidad. En sentido contrario los pensamientos inútiles y negativos generan
una energía de baja calidad e improductiva que nos cansa y debilita, además
de nublar nuestra capacidad de discernir y decidir.
- Energía
espiritual: Es el ultimo nivel de energía y el más
importante. Está conectado con nuestro sentido de identidad, que a su vez se va
creando por las creencias y hábitos que vamos adquiriendo en nuestra vida. También
está influida por la conciencia que
mantenemos a cada momento de nuestras cualidades y valores intrínsecos. Está energía está
influyendo directamente sobre las otras tres y determinan la calidad de pensamientos que
surgen en nuestra mente. Según los pensamientos que tenemos así es nuestra calidad
de la vida.
La conciencia de muchas personas está conectada la
mayor parte del tiempo con los dos primeros niveles de energía, es decir la
física y la emocional. Suelen estar más enfocadas
hacia el mundo exterior, es decir, hacia las relaciones, rutinas, actividad, trabajo,
responsabilidades, entretenimiento, etc. Esto provoca un gran desgaste de
energías, ya que en esa interacción constante con el mundo exterior nos vemos
influidos y absorbemos las energías de los demás y de nuestro entorno,
produciéndose lo que denominamos “contagio y contaminación emocional”.
Hemos de ser conscientes de la importancia del
pensamiento y la conciencia espiritual
que lo alimenta. Aprender a movernos desde nuestro interior hacia el exterior,
en lugar de hacerlo desde afuera hacia dentro.
Incrementar
la energía espiritual
Es necesario desarrollar la conciencia que somos
algo más que lo físico. Es fundamental crear un tiempo, espacio y atención
diaria a conectar con el ser. La meditación, la contemplación, la visualización
creativa, paseos en el campo o en las orillas del mar, las lecturas
espirituales inspiradoras, escuchar música, practicar yoga, tener conversaciones
profundas, etc., nos ayudarán a incrementar este nivel de energía.
La meditación
es uno de los métodos más eficaces para la recarga diaria de la energía
espiritual, ya que tiene su base en la concentración en el ser interior y el
acceso a las cualidades innatas de paz, amor y fortaleza espiritual.