Es una emoción dolorosa que nos causa sufrimiento y malestar cuando la experimentamos. Sin embargo muchas personas creen que en ocasiones es bueno enfadarse, e incluso piensan que es sano liberar la ira cuando estamos nuy tensos e irritados. Se ha comprobado que a nivel psicosomático esta emoción está conectada diretamente con la aparición de algunas enfermedades del corazón, presión alta, cáncer, úlceras, etc.
Factores detonantes de
la ira
a) Expectativas y deseos
no satisfechos
la
ira puede ser una respuesta hacia alguien que no hace lo que queremos que haga,
o bien cuando alguien hace lo no queremos que haga. Se dan a menudo situaciones
en nuestras vidas donde las cosas no han sucedido de la forma que queríamos,
esperamos o necesitábamos y eso abre la puerta a la ira y otras emociones
tóxicas.
b) Vidas aceleradas
En la sociedad actual nuestro ritmo
de vida se ha acelerado en gran medida debido a los continuos avances de la ciencia
y la tecnología. El éxito se define a menudo por lo rápido que conseguimos las
cosas. Tenemos poca paciencia cuando los resultados no suceden lo deprisa que esperábamos.
Esto provoca a menudo la aparición de la irritación ante las esperas, colas,
atascos de tráfico, lentitud de las personas u ordenadores, etc. Si alimentamos
la irritación puede que está se transforme más adelante en frustración (no voy
a llegar a la hora prevista, o no conseguiré terminar el trabajo dentro del
plazo). Si no adoptamos alguna acción interna positiva para transformar la frustración
está se intensificará y luego aparecerá
la ira, e incluso quizás la rabia, que finalmente
se convierte en una especie de “fuego
emocional” que acaba destruyendo la armonía y la paz, tanto en uno mismo como en los demás. Si no se
pone atención, estos patrones de emociones y conductas se convertirán en un hábito, arraigándose profundamente
en la conciencia del individuo, que acabará creyendo que esa ira forma parte de
su personalidad.
c) Sentimiento de
injusticia
la ira
puede aparecer fácilmente cuando crees que, de acuerdo a tus intereses,
principios o moral algo no es correcto. Esto demuestra tres puntos débiles en
tú forma de pensar y reaccionar:
a)
No
te das cuenta que tu ira solo está incrementando la negatividad ya existente.
b)
Estás
haciendo lo mismo que el agresor, atacando a alguien.
c)
Te
has convertido en una víctima de la situación y ahora te estás vengando.
Detrás de tu ira se esconde a menudo alguien que está diciendo: "esta persona me está impidiendo ser feliz y debo castigarla por ello". La ira que sale de tí es como un grito de alguien que está pidiendo paz, amor y comprensión.
Algunos antídotos para la ira
a) Desarrollar aceptación: no podemos cambiar el pasado ni a
otras personas. No podemos controlar el mundo. La aceptación nos permite pensar
con calma y serenidad, ver las cosas desde otra perspectiva, tener más
claridad, darnos cuenta de diversas opciones y pensar en posibles soluciones.
b) Respetar las opiniones y puntos de vista de
los demás aunque no estemos de acuerdo con ellos.
c) Disminuir las expectativas: Si te identificas con algo en tu
mente y eso se daña o no sucede como querías te afecta y te trastorna. Por
tanto procura no apegarte a nada ni a nadie. No tengas ninguna expectativa.
d) Ser proactivo en lugar de reactivo y contribuir con ideas constructivas y creativas en vez de culpar, castigar o recriminar.
e) Práctica a diario de la meditación: te ayudará a tomar distancia de esas emociones negativas y a no identificarte con ellas. Aprenderás a estabilizarte en tu centro, donde encontrarás un manantial de paz y serenidad.