La cualidad del desapego nos
permite aprender a soltar y desprendernos de todo aquello que no nos aporta
ningún beneficio, soltar todos aquellos pensamientos de rencor y sufrimiento
del pasado que nos angustian y solo causan más dolor. El desapego nos ayuda a
convertirnos en observadores de las diferentes escenas que van sucediéndose a
lo largo del día, no permitiendo que nada negativo influya sobre la mente y
provoque pensamientos negativos. Sin embargo hay la necesidad de que exista un
equilibrio, ya que si solo somos desapegados puede que caigamos en la
indiferencia, la dejadez y la apatía. El correcto desapego nos lleva a un
estado en que mantenemos el autocontrol, y no permitimos que nada ni nadie nos
influya con su forma de ser, hablar o actuar. Si conseguimos esto podremos
mantener un estado interno de paz y equilibrio.
De esa forma podremos influir en las circunstancias o personas negativas
que nos rodean, generando sentimientos de benevolencia y compasión hacia aquellos
que se encuentran en un estado de negatividad, dolor o desesperanza.
Solo podemos servir y ayudar a
superar el dolor y sufrimiento de los demás si no somos afectados por ello,
pero a la vez siendo sensible a las necesidades de la otra persona, dándole
nuestro apoyo en forma de sentimientos de paz, y amor y fortaleza espiritual.
La práctica diaria de esta
visualización creativa te ayudará a desarrollar este equilibrio en tu interior.
Visualización creativa:
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Determina un tiempo concreto cada día por la mañana o por la tarde (10 a 20
minutos)
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Busca un lugar tranquilo. Pon música suave y crea un ambiente adecuado.
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Siéntate confortablemente.
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Respira lenta y profundamente. Mantén los ojos entreabiertos, descansando
en un punto.
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Relaja todo el cuerpo.
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Desconecta de todo lo externo y dirige tu atención hacia el interior.
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Conviértete en el observador de tus propios pensamientos.
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No luches, no juzgues, simplemente observa. Gradualmente te sentirás más
tranquilo.
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Crea un pensamiento sobre ti mismo: “yo soy un ser de paz”
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Concéntrate en ese pensamiento. No luches con otros pensamientos, déjalos
pasar y vuelve a tu pensamiento: “yo soy un ser de paz”.
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Reconoce y aprecia los sentimientos y pensamientos que surgen.
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Manténte estable en estos sentimientos y consciente de esta experiencia
durante unos minutos.
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Termina tu visualización cerrando los ojos y con unos momentos de silencio
en tu mente.
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Disfruta de este reencuentro contigo mismo.