24 de noviembre de 2016

SILENCIO INTERIOR: EL CAMINO HACIA LA CONCIENCIA PLENA


La conciencia es una facultad que poseemos los seres humanos y que nos diferencia de otros especies del reino animal o vegetal. Es una capacidad más sutil que los pensamientos y sentimientos, y debido a ello puede que no sea percibida por uno mismo ni tampoco por los demás.

En este momento quizás estamos ocupados en diferentes acciones, Ej., leyendo, escuchando música, etc. Sin embargo, también estamos conscientes de la ciudad o país en el cual residimos. No es un pensamiento consciente, sin embargo la conciencia de nuestra orientación con respecto al lugar está ahí. De igual manera tenemos una conciencia basada en el tiempo. Sabemos si es de mañana, tarde o noche. También tenemos conciencia de dónde hemos venido y a dónde vamos, (Ej., vengo de casa y voy a cierta tienda). La mayor parte del tiempo, no estamos prestando atención a estos factores y la conciencia es meramente subconsciente.  Ocasionalmente, estamos conscientes del lugar, tiempo y sensaciones. Por otro lado, estas conciencias pueden estar basadas en una información correcta o incorrecta. Una persona que ha tenido una conciencia anormal o incorrecta del tiempo y el lugar, pudiera ser que necesitara tratamiento psiquiátrico. Cuando no hay conciencia de nada, inclusive de las sensaciones de dolor más profundas en el cuerpo, se consideraría que la persona en cuestión está  inconsciente o muerta.
Hay  otro tipo de conciencia, en la cual estamos particularmente interesados, y es la conciencia de quienes somos, nuestra identidad. De ahí que cuando  nos observamos a nosotros mismos, notaremos que también llevamos una cierta descripción de nuestra personalidad en nuestra conciencia.  
Conciencia es también una imagen acerca de nosotros mismos en nuestra mente subconsciente. La imagen interna puede cambiar según el entorno y las circunstancias varias veces en el lapso de unas horas. Es una función sutil, así que la mayor parte del tiempo puede que no estemos conscientes de cuál es  la imagen o creencia que está activa. En muchas ocasiones puede estar basada en la apariencia del cuerpo físico (forma, tamaño o vestido), mientras que en otros momentos puede estar basada en nuestro trabajo, relaciones, estatus o rol.
Sea que alguien conscientemente se haya hecho alguna vez la pregunta de ‘¿quién soy?’,  todos llevamos internamente nuestra propia respuesta a esa pregunta. No es una respuesta intelectual, debido a que la mayoría de nosotros puede que nunca intelectualicemos este tema. Inclusive si los intelectuales y filósofos fuesen a reflexionar en la pregunta ‘¿quién soy?’, su respuesta inteligente puede ser una cosa y la conciencia real que practiquen algo completamente diferente.
 ¿CUÁL ES MI VERDADERA IDENTIDAD?
Ahora es una buena oportunidad para observar la función de la conciencia en nosotros mismos. ¿En qué  conciencia estoy en este momento? ¿Qué imagen tengo de mi mismo? ¿Cómo me presentaría a mí mismo, o ¿cómo me describiría a mí mismo? ¿Qué pienso acerca de mi? ¿Quién soy?
¿Me veo a mí misma en términos de la apariencia física del  cuerpo, en cierta ropa, postura o en cierta profesión? ¿O está la conciencia basada en ciertas posesiones, tales como ser el propietario de un coche ultimo modelo o de una mansión cerca de la playa? ¿O está mi sentido de identidad basado en determinados roles como ‘madre’ o ‘esposa’ de tal y cual? Ser capaces de observar esta  función en nosotros mismos de manera imparcial es un tema crucial en nuestro viaje de despertar interior.
CULTIVAR EL SILENCIO INTERIOR
El silencio es un ámbito especialmente idóneo para  plantearnos estas preguntas y lograr experiencias que están íntimamente conectadas con la vida espiritual de la persona. Cuando uno está en silencio consigo mismo y logra acallar las voces de la mente, se asombra de la realidad y la naturaleza del ser, experimenta el misterio de todo lo que palpita en su corazón, y se formula preguntas como por ejemplo cual el sentido y el propósito de nuestra existencia.

No nos referimos sólo al silencio físico, sino al silencio interior. Cuando uno vive plenamente el silencio de la mente puede descubrir su verdadera identidad, con todas sus complejidades, grandezas y debilidades; con sus luces y sus sombras.