La conciencia es una
facultad que poseemos los seres humanos y que nos diferencia de otros especies
del reino animal o vegetal. Es una capacidad más sutil que los pensamientos y
sentimientos, y debido a ello puede que no sea percibida por uno mismo ni
tampoco por los demás.
En este momento quizás
estamos ocupados en diferentes acciones, Ej., leyendo, escuchando música, etc.
Sin embargo, también estamos conscientes de la ciudad o país en el cual residimos.
No es un pensamiento consciente, sin embargo la conciencia de nuestra
orientación con respecto al lugar está ahí. De igual manera tenemos una
conciencia basada en el tiempo. Sabemos si es de mañana, tarde o noche. También
tenemos conciencia de dónde hemos venido y a dónde vamos, (Ej., vengo de casa y
voy a cierta tienda). La mayor parte del tiempo, no estamos prestando atención
a estos factores y la conciencia es meramente subconsciente. Ocasionalmente, estamos conscientes del lugar,
tiempo y sensaciones. Por otro lado, estas conciencias pueden estar basadas en
una información correcta o incorrecta. Una persona que ha tenido una conciencia
anormal o incorrecta del tiempo y el lugar, pudiera ser que necesitara
tratamiento psiquiátrico. Cuando no hay conciencia de nada, inclusive de las
sensaciones de dolor más profundas en el cuerpo, se consideraría que la persona
en cuestión está inconsciente o muerta.
Hay otro tipo de conciencia, en la cual estamos particularmente
interesados, y es la conciencia de quienes somos, nuestra identidad. De ahí que
cuando nos observamos a nosotros mismos,
notaremos que también llevamos una cierta descripción de nuestra personalidad
en nuestra conciencia.
Conciencia es también una
imagen acerca de nosotros mismos en nuestra mente subconsciente. La imagen
interna puede cambiar según el entorno y las circunstancias varias veces en el
lapso de unas horas. Es una función sutil, así que la mayor parte del tiempo
puede que no estemos conscientes de cuál es la imagen o creencia que está activa. En
muchas ocasiones puede estar basada en la apariencia del cuerpo físico (forma,
tamaño o vestido), mientras que en otros momentos puede estar basada en nuestro
trabajo, relaciones, estatus o rol.
Sea que alguien conscientemente
se haya hecho alguna vez la pregunta de ‘¿quién soy?’, todos llevamos internamente nuestra propia
respuesta a esa pregunta. No es una respuesta intelectual, debido a que la
mayoría de nosotros puede que nunca intelectualicemos este tema. Inclusive si
los intelectuales y filósofos fuesen a reflexionar en la pregunta ‘¿quién soy?’,
su respuesta inteligente puede ser una cosa y la conciencia real que practiquen
algo completamente diferente.
¿CUÁL ES MI VERDADERA IDENTIDAD?
Ahora es una buena
oportunidad para observar la función de la conciencia en nosotros mismos. ¿En
qué conciencia estoy en este momento?
¿Qué imagen tengo de mi mismo? ¿Cómo me presentaría a mí mismo, o ¿cómo me
describiría a mí mismo? ¿Qué pienso acerca de mi? ¿Quién soy?
¿Me veo a mí misma en términos
de la apariencia física del cuerpo, en
cierta ropa, postura o en cierta profesión? ¿O está la conciencia basada en
ciertas posesiones, tales como ser el propietario de un coche ultimo modelo o de
una mansión cerca de la playa? ¿O está mi sentido de identidad basado en
determinados roles como ‘madre’ o ‘esposa’ de tal y cual? Ser capaces de
observar esta función en nosotros mismos
de manera imparcial es un tema crucial en nuestro viaje de despertar interior.
CULTIVAR EL SILENCIO INTERIOR
El silencio es un ámbito especialmente idóneo para plantearnos estas preguntas y lograr
experiencias que están íntimamente conectadas con la vida espiritual de la
persona. Cuando uno está en silencio consigo mismo y logra acallar las voces de
la mente, se asombra de la realidad y la naturaleza del ser, experimenta el
misterio de todo lo que palpita en su corazón, y se formula preguntas como por
ejemplo cual el sentido y el propósito de nuestra existencia.
No nos referimos sólo al silencio físico, sino al silencio interior. Cuando
uno vive plenamente el silencio de la mente puede descubrir su verdadera
identidad, con todas sus complejidades, grandezas y debilidades; con sus luces
y sus sombras.