8 de marzo de 2018

VIVIR SIN RESISTENCIA; EL ARTE DE FLUIR


El poder máximo de una persona reside en la capacidad de producir los resultados que desea y en el proceso crear algo valioso para los demás”
  
La no resistencia no significa necesariamente no hacer nada, sino que cualquier acto se vuelve no reactivo. Recordemos la profunda sabiduría que subyace el la práctica de algunas arte marciales como por ejemplo el Aikido: no se resiste a la fuerza del oponente, se cede para superarla.

El aikido se basa en el principio de que existe una fuerza universal de energía que fluye a través de todo, de modo que las personas se pueden alinear con esta fuerza y alinear la energía de otros. El propósito de la llave de Aikido no es hacer daño, sino desarmar o desviar el ataque. La práctica física se parece a una danza, y gradualmente los movimientos provocan que la energía del atacante se desgaste y se vuelva inofensiva. Un maestro aikioda se mantiene alerta, centrado y fluye con la energía del adversario.

El poder de la flexibilidad

El agua que fluye de por un rio es un claro ejemplo del fluir sin resistencia. Un rio se amolda sin perder nunca su dirección, siempre orientado hacia su destino final. La capacidad de amoldarse significa desarrollar aceptación y fluir con las situaciones, trabajar con ellas sin perder ni comprometer nuestra meta final.

La flexibilidad mental y emocional nos permite mantener una actitud proactiva y serena en ambientes donde el individuo está sometido a presiones externas. Esta resiliencia nos permite tener una perspectiva más clara  de la situación y ser generadores de soluciones. Con ello podemos mantener estabilidad interior y ahorrar energía física y mental.

La flexibilidad es un signo de crecimiento espiritual y de progreso en la disolución de actitudes rígidas, intransigentes y cerradas que suelen estar presentes en la mayoría de conflictos interpersonales.. La flexibilidad nos ayuda a desarrollar la sabiduría que permite percibir con más precisión el tipo de intervención que las personas o situación requiere.

“Tu ganas, yo gano”

Podemos desarrollar flexibilidad si mantenemos una actitud de buscar siempre opciones de mutuo beneficio, donde todos ganamos y nos vemos beneficiados. Las actitudes mentales rígidas o intransigentes suelen estar dirigidas por el egoísmo y nos llevan a situaciones de ganar/perder o incluso perder/perder.

La ventaja del enfoque “Tu ganas/Yo gano” es que descubrimos soluciones más amplias y creativas, consiguiendo que las relaciones mejoren y sean más sólidas.  Cuando las dos partes ganan ambas están vinculadas a la solución. Si vas a tratar con una persona más de una vez (y aún sino es así) vale la pena hacerlo de forma justa. Te sentirás tan bien que vas a querer repetirlo!.