20 de junio de 2011

El tiempo, la vida y el uso eficaz de la energía

Hablar sobre el tiempo es reflexionar sobre la vida misma. Para algunas personas organizar el tiempo es todo un aprendizaje y un arte ya que en él hemos de encajar todo aquello que no estaba previsto. Tenemos 24 horas. ¡No hay más! Así que cada persona es libre de y responsable de su utilización, cumpliendo sus obligaciones y sus horarios de trabajo, y al mismo tiempo las actividades de descanso. Todo en el mismo paquete.
Crear un tiempo de calidad
¿Cuantas veces nos sentimos angustiados o atrapados en el tiempo? ¿Cómo sobrevivimos en medio del caos? Hace falta parar por unos instantes nuestro frenético correr, para saber escuchar nuestra respiración, el latido del corazón, o contemplar el entorno, escuchar las personas que nos rodean o las señales que nuestro cuerpo nos envía. Como el pájaro el tiempo no para; continuará pasando pero podremos disfrutar de un tiempo de más calidad, sosiego y paz. Entonces es cuando podemos ser creadores de nuestro tiempo, sin sentirnos esclavos de los relojes, agendas, o influencias del entorno. Tiempo que nos aporta calidad de vida, bienestar que nos ayuda integrar el equilibrio necesario para poder vivir aquello que toca en cada momento, el eterno presente, y no tener la sensación de angustia o nostalgia del pasado ni prisa por el futuro.
El tiempo y las relaciones
El tiempo también es relación. Nos relacionamos unos con otros, a la vez que expresamos nuestra creatividad, alcanzamos nuestras metas y gozamos de una serie de experiencias que acabaran determinando nuestra manera de ser y de pensar. Pensar en el tiempo es conversar sobre cómo vivimos, de cómo nos gestionamos a nosotros mismos y de cómo organizamos nuestros proyectos y actividades.
El tiempo se ha convertido en un bien preciado. El estrés y la ansiedad se han instalado en la cotidianeidad. Vivir apresuradamente parece haberse convertido en la norma de nuestros días y aunque los avances tecnológicos y científicos han facilitado nuestras vidas, en muchos aspectos, nos vemos obligados a realizar nuestras tareas y trabajos un poco asfixiados.
Equilibrio interior y claridad mental
La gran cantidad de alternativas que se nos ofrecen dan un valor especial al tiempo. Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido acceso a tanta información y tantas posibilidades de elegir. Podemos viajar a cualquier parte del mundo en pocas horas, comer alimentos de todos los países, leer libros de todos los géneros, aprender una gran variedad de conocimientos, optar a un gran número de posibilidades de entretenimiento, etc. Posibilidades infinitas que pueden provocar mucha dispersión mental y una gran cantidad de deseos generalmente insatisfechos. Queremos conseguir muchas cosas en poco tiempo, abarcar demasiado, supeditándolo todo a la acción, entrando en la dicotomía entre el hacer y el ser. Es decir no darnos cuenta de las creencias y valores en los que se basa nuestra verdadera identidad.
Al hablar de la gestión del tiempo no podemos centrarnos en la idea de crear más tiempo del que tenemos, no es posible. Sin embargo, si que podemos cambiar nuestra percepción de cómo vivimos cada minuto, hora y día, sin olvidar que la percepción personal que cada uno tiene es diferente debido a nuestra dimensión subjetiva del tiempo. Dimensión que está directamente relacionada con nuestra forma de pensar y sentir. La realidad del tiempo solo existe en nuestro interior. Según es nuestro estado de conciencia, así percibimos la duración de un hecho. Entonces descubrimos que existe una relación directa entre el ser y el hacer a través de las emociones y los pensamientos que se crean en cada momento.
Nuestras vidas son un conjunto de energías, físicas, emocionales, mentales y espirituales. Es importante comprender los principios que rigen el fluir de la energía, tanto desde la perspectiva material como la espiritual. Si logramos armonizarnos con estos principios, podremos ser mucho más efectivos y obtener mejores resultados empleando menos esfuerzo. El tiempo nos protege y nos sirve cuando nos movemos desde la serena calma de nuestra paz interior, en cambio, cuando vivimos reaccionado al caos , descuidamos nuestro equilibrio interno pasamos a convertirnos en victimas.
Práctica:

Durante el día, procura hacer pequeñas pausas, lo ideal seria parar un minuto cada hora para centrarnos, redirigir nuestra energía, positivizar la situación incluso corporalmente o simplemente descansar y beber un vaso de agua. Intenta desconectar de lo que estés haciendo para conectar con lo que estas sintiendo. Procura que tu mente se vacíe de pensamientos o los ralentice, respira más profundamente por unos instantes. Este instante de tomar conciencia más allá de lo que estas haciendo ayuda a crear un espacio y tiempo de calma, tranquilidad, y te ayudará a mejorar tu concentración, así como la calidad de lo que haces.

No hay comentarios: