Aunque la práctica de la meditación resulta fundamental
para el desarrollo espiritual, lo que falta a menudo es una comprensión clara
del yo. Únicamente cuando se hace realidad por completo la verdad sobre el yo
(autorrealización) pueden eliminarse todas las falsas identidades y se puede empezar
realmente el viaje espiritual. En este artículo presentamos un recordatorio de
la verdadera identidad del yo y las facultades de la conciencia, que nos
permiten crear, discernir y decidir cómo viviremos y alcanzaremos la plenitud
humana.
El alma es como una
semilla, y contiene toda la información necesaria para su expresión cuando se planta
en un cuerpo. Del mismo modo que la semilla adopta la forma de una planta
concreta cuando se siembra en la tierra y se mantiene con agua, sol y tierra
fértil, un ser humano adquiere vida con la entrada de un alma humana en un
embrión. Ese momento de la entrada se conoce como quickening y viene señalado por el primer movimiento del feto.
Un alma tomará un
cuerpo dependiendo de su acción (karma)
y sus sanskaras. Los sanskaras (vocablo proveniente del
hindi) adoptan la forma de tendencias, hábitos o características conductuales
que están latentes. Posteriormente se describen los sanskaras de forma más detallada.
La ubicación del alma
El lugar donde habita
el alma se encuentra en el centro de la frente. ¿Cuál es la prueba de ello? Hay
muchas señales que utilizamos y acciones que llevamos a cabo a través de las
cuales se demuestra que éste es el lugar del alma. Por ejemplo, las mujeres
hindúes llevan un punto (bindi) o tilak en ese lugar. En los templos
hindúes se acostumbra a poner un tilak
o pasta de sándalo sobre la frente de los devotos y del sacerdote hindú. Asimismo,
en la religión judía, los rabinos colocan un libro en miniatura de la Tora en
una caja diminuta y se lo atan a la frente durante sus ceremonias matinales. Los
cristianos echan agua bendita sobre la frente durante la ceremonia del bautizo
y al entrar en una iglesia católica. En algunas fiestas religiosas también se
esparcen cenizas sobre la frente.
Hay pruebas
fisiológicas de que el punto de contacto entre la energía de la mente y el
sistema nervioso se halla en el hipotálamo, una glándula situada en el cerebro
ligeramente por detrás del centro de la frente.
El alma no ocupa
ningún espacio en el cuerpo físico, ya que no es algo físico, pero sí que estimula
el cuerpo y lo dirige a través del cerebro y el sistema nervioso. El alma
recibe también señales del cuerpo; es una relación de simbiosis. La energía de
la comunicación entre los dos es el poder del pensamiento, que es análogo a la
energía que desprende la electricidad. Esta energía se ve aumentada de forma
consciente por la meditación.
Descripción y facultades
El alma es invisible a
los ojos físicos porque no es material. A través de nuestros ojos físicos sólo
podemos ver objetos materiales. Tenemos otro ojo, llamado a veces el ojo
interior, el tercer ojo o la visión divina, a través del cual el alma
incorpórea puede percibirse como un punto infinitesimal de energía luminosa. Se
trata del alma, la fuerza animadora consciente. Se trata del yo consciente.
El primer paso de la
meditación Raja Yoga es considerarse como un alma, un minúsculo punto de luz
consciente de sí mismo. Al utilizar esa sutil facultad suya que se llama mente,
el alma pensará: «Soy consciente de mi yo y de mi existencia. Soy consciente de
lo que pienso y siento, pero no soy mi cuerpo.» La cualidad predominante y
esencial de un alma es la paz. Aquí es donde radica la gran importancia de la
expresión Om Shanti, que significa
‘Soy un alma en paz’. Esta afirmación es un recordatorio constante de que el yo
debe tomarse como algo lleno de paz. Otras cualidades inherentes de un alma son
el amor, el poder, la pureza, la felicidad y la dicha.
Este punto pacífico y
sereno de energía luminosa consciente de sí misma (tú) posee tres facultades
que son los órganos sutiles a través de los cuales es posible expresar la
conciencia. Dichos órganos son los siguientes:
La mente, el intelecto y los sanskaras (impresiones o rasgos de
personalidad)
Estas facultades
actúan en conjunción unas con otras siguiendo un orden cíclico.
El alma encarnada, que
se expresa a través del cuerpo, es un ser humano vivo. Un alma se expresa de
forma consciente y de forma subconsciente. El alma es consciente del mundo
material externo por medio de los sentidos físicos: la vista, el oído, el
olfato, el gusto y el tacto.
Cuando el alma lleva a
cabo acciones (karma) a través del
instrumento que es el cuerpo físico, experimenta las consecuencias de dichas
acciones por medio del cuerpo físico. Algunas consecuencias tienen lugar de
forma inmediata; otras, más adelante. Cada una de las acciones que lleva a cabo
el alma deja una huella en ésta. Dicha huella recibe el nombre de sanskara. El sanskara se manifiesta en forma de compulsión interna o de
pensamiento que sale a la luz. Los pensamientos, por lo general, suelen
expresarse en forma de acción, lo cual refuerza el sanskara o la huella que se origina.
Tabla 1. Características comparadas del alma y del cuerpo
El alma El cuerpo
Ser Objeto o cosa
Luz Opaco
Inmortal Mortal
Consciente de sí misma Sin conciencia de sí mismo
Eterna Temporal
No nata Nacido de un hombre y una
mujer
Indestructible Perecedero
No inflamable Inflamable
Invisible Visible
Ingrávida Peso oscilante
Influye en el cuerpo Influye en el alma
Infinitesimal De tamaño limitado
No limitada por el
tiempo o el espacio Limitado por el
tiempo o el espacio
Incorpórea Corpóreo
Sin principio ni fin Comienza
y acaba en el tiempo
Sensible No sensible
Responsable No responsable
El alma estimula el
cuerpo El
cuerpo es el vehículo del alma
El alma es la ocupante
del cuerpo El cuerpo es ocupado por el alma
El alma es yo El cuerpo es mío
La tabla 1 compara y
contrasta el alma y el cuerpo. El objetivo de ello radica en animarte a
observar las diferencias y lograr una comprensión de tu identidad como alma
alojada en un cuerpo. Es normal que pensemos en el yo como un cuerpo, pero es
natural que pensemos en el yo como un alma.
Este aspecto queda ejemplificado en la tabla 2.
Tanto el alma como el
cuerpo son mutables y, en consecuencia, están influidos por la acción y las
experiencias. Asimismo, el alma y el cuerpo están afectados por el tiempo, que
hace que ambos se deterioren.
Tabla 2. El cuerpo más el alma equivalen a un ser humano
vivo
Alma Ser
humano
El cuerpo posee órganos sensoriales
destinados
a la percepción material:
la vista,
el oído, el olfato, el gusto y
el tacto.
El alma
posee órganos de la conciencia
destinados
a la percepción de ideas,
recuerdos,
sentimientos, moralidad,
tendencias y valores.
Intelecto Mente Sanskaras
Los procesos cíclicos en la conciencia
El diagrama de la
página siguiente muestra el funcionamiento cíclico de la conciencia. Consta de
un ciclo interno y de un ciclo que vincula el mundo material interno con el
externo. Las flechas indican el flujo de la energía del alma en su movimiento
instantáneo de una facultad a otra dentro del ciclo interior, su traducción en
la práctica a través del cuerpo y su vuelta al ciclo interior en forma de
huella o sanskara.
Aunque se trata de un
ciclo que no tiene fin y que no se puede parar, con vistas a nuestro análisis
podemos tener en cuenta los siguientes puntos:
Los procesos cíclicos en el alma
Los recuerdos, las
huellas, los instintos y los hábitos quedan grabados en el banco de la memoria
subconsciente.
Pensamientos, emociones, deseos
- El pensamiento surge en la mente.
- Ese pensamiento puede llegar a convertirse en una
acción.
- Antes de convertirse en una acción, el pensamiento
pasa por delante del intelecto, la conciencia o la conciencia moral.
- Entonces se juzga, y se acepta o no se acepta
(aunque un intelecto débil no puede evitar que ese pensamiento vuelva a
presentarse).
- Si se acepta, acaba expresándose en forma de acto
(un pensamiento, una palabra o una acción continuos).
- Si no se acepta, simplemente desaparece o se detiene.
- Una vez llevado a cabo, el acto tiene varios
efectos:
• tiene una consecuencia y provoca repercusiones;
• constituye un sanskara;
• provocará un nuevo pensamiento de carácter similar;
• provocará una respuesta del mundo exterior;
• moldeará una huella sobre el alma.
- El impacto y el recuerdo de los pensamientos, las
palabras y las acciones están almacenados en lo más profundo de las
huellas de la memoria.
- El impacto de las acciones y las experiencias puede
manifestarse en forma de sueños.
- Surge un nuevo pensamiento en la mente y el ciclo se
reanuda.
Puede producirse un
pensamiento en la mente debido a:
- la percepción sensorial –algo que ves, oyes, hueles,
pruebas o tocas;
- una asociación;
- un recuerdo;
- un estímulo del intelecto o la conciencia;
- una orden, una instrucción, una información escritas
u orales, etcétera;
- un sanskara.
Éste es el proceso
básico que se da en el más complejo y extraordinario de los fenómenos, lo que
llamamos el alma o conciencia humana. Esta comprensión arroja luz sobre otros
aspectos más sutiles y profundos de la espiritualidad y el desarrollo de los valores.
mente
consciente
pensamientos
emociones
sentimientos
sensaciones
mente
subconsciente
alma intelecto
personalidad entendimiento
hábitos recuerdos
impresiones decisiones
mi cuerpo
órganos sensoriales
La mente y los sanskaras
El alma funciona a
través de tres facultades sutiles. Una de ellas es la mente. La mente se define
como el poder o la capacidad de crear pensamientos. Pensar es un acto del alma.
Adquiere la forma de deseos, emociones, palabras no pronunciadas, visualización
en la «pantalla» de la mente, etc. La mente se alimenta de estímulos que
provienen del mundo exterior a través de los órganos sensoriales, que son la
vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Los estímulos llegan también a
la mente desde el subconsciente, y también se denominan sanskaras (recuerdos, instintos y hábitos, además de huellas en el
alma de acciones pasadas).
La mente del alma está
constantemente activa, y crea pensamientos. La naturaleza del alma es pensar.
Hay cuatro tipos de pensamientos:
* Positivos * Negativos *
Inútiles * Normales / neutrales
La meditación es un
proceso disciplinado diseñado para inspirar a la mente a que produzca
pensamientos positivos. Los pensamientos que hacen referencia a las tareas
cotidianas como, por ejemplo, «Hoy tengo que comprar azúcar», son neutrales y
no requieren una evaluación moral. Estos pensamientos normales entran en las
categorías de negativos o de inútiles cuando –siguiendo este mismo ejemplo– no
hay azúcar ni tiempo ni dinero, lo cual provoca ansiedad u otras emociones perturbadoras.
La tabla 3 establece
distinciones entre pensamientos positivos, negativos e infructuosos (es decir, pensamientos
que no son exactamente negativos, pero que podrían conducir fácilmente a la
negatividad si no se controlan).
Todos los pensamientos
adoptan una forma de energía mental que puede llevar a la acción por medio del
cuerpo. Un pensamiento poderoso tiene más energía y más posibilidades de impulsar
a la acción que un pensamiento débil, que tiene menos energía y puede quedarse
en un mero pensamiento. Si los pensamientos positivos son débiles, no tendrán
suficiente energía para transformarse en acciones positivas. Un pensamiento
positivo débil puede degenerar en un pensamiento negativo débil o incluso en un
pensamiento negativo fuerte. Si la energía de los pensamientos negativos es fuerte,
éstos se transformarán en acciones negativas; si la energía de los pensamientos
infructuosos es fuerte, éstos también se convertirán en acciones. Cuanto más se
repite internamente un pensamiento, con fe y convicción, mayor energía se
consigue y más posibilidades hay de que se convierta en acción.
Tabla 3. Categorías de pensamiento
Pensamientos positivos
Soy un alma pura,
pacífica y afectuosa.
Las cosas no pasan
porque sí. Ocurren porque en ello hay una lección que debo aprender y con la
que debo crecer y progresar.
Sé que no estoy solo.
Tengo la ayuda del Divino. Hay mucha gente que cooperará conmigo. Puedo administrarme
muy bien con lo que tengo.
Estoy seguro de que me
quieren. Si continúo esforzándome, lograré finalmente desarrollar mis talentos
y tendré muchas oportunidades.
Pensamientos negativos
Nadie es puro, por lo
tanto, ¿de qué sirve lo que haga o no haga?
No debería pasar esto.
No puedo soportarlo. Voy a hacer algo al respecto. Voy a castigar al culpable.
Estoy solo. Estoy
indefenso. ¿Por qué él está mejor pagado que yo? Ha sido muy injusto conmigo,
así que tengo que desquitarme.
Pensamientos infructuosos
No sé si soy un alma
pura o no.
¿Por qué pasa esto? No
está bien. ¿Cómo puede permitir Dios que pasen estas cosas? ¡No es justo!
No sé si podré seguir
adelante. ¿Qué puedo hacer? Soy demasiado débil para protegerme a mí mismo.
Nadie me va a ayudar. Estoy muy triste.
Me siento solo. No estoy seguro de que haya alguien que me quiera de
verdad. Dudo de que pueda desarrollar cualquier talento. Puede que no logre
tener una vida satisfactoria.
El intelecto
El buddhi o intelecto es la facultad del
alma que juzga el pensamiento y determina su calidad, pureza ética, sinceridad,
utilidad, conveniencia, precisión y corrección o incorrección. El intelecto
también funciona como la conciencia. Determina si el pensamiento debería o no
convertirse en acción. Si el pensamiento es positivo, el intelecto lo apoyará y
lo animará a convertirse en acción. Si el pensamiento positivo viene acompañado
de una sensación de duda, el intelecto tiene que evaluar y eliminar esa duda.
No hay conflicto interno cuando las facultades de la mente y el intelecto son
puras y fuertes y cooperan ayudándose mutuamente.
Si el intelecto es
débil y la mente es impura o está fragmentada, la energía del alma generará
entonces muchos pensamientos infructuosos y negativos, cuya entrada en acción
no podrá frenar o evitar el intelecto. Surgirán muchos conflictos internos y
finalmente acabará perdiendo el intelecto. Se llevarán a cabo acciones
negativas o infructuosas que son contrarias a la conciencia, con lo cual se
dará lugar a sanskaras negativos.
El intelecto es la
facultad más importante que tiene la conciencia humana para provocar el cambio.
Tu sentido de la identidad depende del poder y el refinamiento del intelecto,
lo cual determina la capacidad y la calidad de los procesos intelectuales. Si
el intelecto es puro, distinguirás de forma rápida y clara la verdad de la falsedad,
y lo que es real de lo que es irreal. Si el intelecto está corrompido, entonces
es probable que tomes decisiones incorrectas, deshonestas o ilógicas. Si el
intelecto es impreciso, entonces llegarás a confundirte; justificarás la
deshonestidad, aceptarás los juicios erróneos y serás incapaz de distinguir
entre lo real y lo imaginario.
El presente texto es un extracto correspondiente a uno de
los Módulos de Enseñanza de Valores de Brahma Kumaris que se ofrece a
universidades y en universidades de todo el mundo. Ha sido elaborado y
recopilado por Denise Lawrence, Sue Emery y Rose Kelly, junto con el equipo de
Enseñanza de Valores.