La autoestima es un factor esencial para ser capaces de
expresar todo nuestro potencial en la vida. Una definición de autoestima sería:
el reconocimiento del valor intrínseco de la persona. Teniendo el conocimiento
y la conciencia de nuestra belleza interior y de aquellos aspectos de nuestro
ser que nos convierten en alguien único e irrepetible. Para fortalecer nuestra
autoestima es necesario explorar, reconocer y nutrir nuestros valores y
cualidades positivas más profundas y auténticas, que luego se convertirán en
los pilares de una autoestima sólida, estable y duradera.
Factores que pueden ser
la causa de una baja autoestima:
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Cuando nos identificamos con una serie de creencias y
percepciones erróneas acerca de nosotros mismos, bien sea debido a situaciones
y/o roles temporales. En particular la identificación con un rol temporal nos
puede conducir a un estado de confusión interna en determinados momentos,
cuando por ejemplo nuestro sentido de valía se fundamenta en exceso en la
proyección y satisfacción de ese rol, como podría ser por ejemplo el rol
profesional. Entonces es probable que
nos identifiquemos más con lo que
hacemos y tenemos que con lo que somos.
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Las comparaciones con los demás. Uno de los primeros pasos para
construir un estado de autoestima es dejar de compararse con otros y comprender
que todos somos únicos.
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La influencia de la crítica y la
alabanza es también
un buen test para comprobar cuan fuerte y estable es nuestra autoestima. En
ocasiones le damos una importancia excesiva a la opinión y los juicos que los
demás hacen de nosotros. La consecuencia es que nos obstinamos de forma crónica
en demostrar nuestra valía.
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Cuando nos devaluamos, debido a identificarnos con
nuestras debilidades y no reconocer nuestras fortalezas. Al identificarnos con
las debilidades estas pasan a un primer plano de nuestra conciencia y la
auto-imagen que tenemos de nosotros mismos, y como consecuencia se hacen más
firmes.
Métodos para fortalecer
la autoestima:
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Practicar la introversión y
estabilizarnos en nuestro centro, donde conectamos con nuestra calma y recursos internos.
Mediante técnicas como la meditación o la reflexión silenciosa vamos
fortaleciendo nuestra capacidad de permanecer serenos y calmados internamente y
vamos recuperando el control de nuestra mente y emociones. Al sentirnos más en
control de nuestro mundo interno y de nuestras vidas, y menos controlados por
los eventos y las personas, la vivencia de la autoestima crece y se fortalece
de forma natural.
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Reconocer nuestras cualidades y
valores positivos más profundos y vivirlos y expresarlos en nuestra vida cotidiana. Nuestra
autoestima se desarrolla fácilmente cuando vivimos y expresamos estos valores
de una forma íntegra y consciente.
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Ir más allá de los deseos limitados y egoístas y
pensar y actuar con una visión que aporte un beneficio más amplio en nuestro
entorno habitual.
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Desarrollar más confianza en nosotros
mismos. Esto
significa creer en nosotros mismos y en nuestro potencial. Confiar en la vida,
en los demás y que la belleza y la
verdad son posibles.
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Apreciar y valorar los logros, las cualidades y los
éxitos de uno mismo y de los demás. Una apreciación y valoración sincera,
basada en la humildad y un espíritu de aprendizaje y crecimiento personal.