¿Qué es la inteligencia?
El termino
inteligencia proviene del latín “intelligentia” que a su vez deriva de
inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”)
y legere (“escoger”). Por lo tanto, el origen etimológico del concepto
de inteligencia hace referencia a quien sabe escoger: la inteligencia nos
permite seleccionar las mejores opciones para solucionar un determinado
problema.
Desde hace tiempo se
sabe que no existe un único tipo de inteligencia. Podemos encontrar personas
con una gran habilidad lógico matemática y una reducida inteligencia emocional.
Existe también la denominada “inteligencia espiritual” que nos permite dar una respuesta
a la pregunta ¿Quien soy?; También nos
capacita para encontrar un sentido profundo a nuestra vida y, en última
instancia, aprender a ser felices de una manera profunda y duradera.
La inteligencia racional u operativa
Es la que se nos
enseña tradicionalmente en las escuelas. La habilidad de razonar paso a paso e
ir tomando decisiones en base a la información que vamos recibiendo. Esta
inteligencia nos permite retener datos, procesar la información, relacionarla, e
ir resolviendo situaciones prácticas. Sin embargo aunque una persona tenga un
alto cociente de esta inteligencia operativa eso no significa que vaya a ser
capaz de crear unas buenas relaciones afectivas, encontrarle un sentido a la
vida o ser más feliz.
La inteligencia
emocional
Es la capacidad
para reconocer los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El
término fue popularizado por Daniel
Goleman, con su célebre libro: Inteligencia
emocional. Goleman estima que la inteligencia emocional se puede organizar en
cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear
la propia motivación, y gestionar las relaciones. Con esta inteligencia desarrollamos ciertas capacidades
personales para resolver problemas que afectan a nuestras relaciones o la buena
convivencia social.
La inteligencia espiritual
Según explica el filósofo Francesc
Torralba; Es una modalidad de inteligencia que también se denomina existencial
o trascendente. Completa el mapa de las inteligencias múltiples que desarrolló,
hace más de dos decenios, Howard Gardner. Nos referimos a una inteligencia que
nos faculta para preguntar por el sentido de la existencia, el desarrollar la
capacidad de ser un observador imparcial de la realidad, para elaborar proyectos de vida, para trascender la
materialidad, el saber interpretar símbolos y comprender sabidurías de vida. El
ser humano es capaz de un conjunto de actividades que no se explican sin
referirse a este tipo de inteligencia. Es especialmente cultivada en los
grandes maestros espirituales, en los filósofos y artistas, también en los
creadores.
¿Cómo cultivar la inteligencia espiritual?
La persona que ha
desarrollado su inteligencia espiritual ha descubierto un nuevo lenguaje, el
del silencio y la reflexión, y se da cuenta que la vida tiene un sentido
más profundo y trascendente.
La práctica de la soledad, el gusto por
el silencio, la contemplación estética, la práctica de la meditación, el
diálogo socrático e incluso el ejercicio físico son formas de desarrollar la
espiritualidad y nos permite ser más
auto-conscientes. Aprendemos a reconocer la importancia de nuestros pensamientos
y emociones así como del impacto que crean en nuestro entorno.
La inteligencia
espiritual es aprender a mirar en nuestro interior y crear calma y silencio en
la mente. Por medio de la meditación podemos conocernos en profundidad, y conocer
mejor a los demás. También nos permite
clarificar nuestra identidad auténtica y el propósito de nuestra
existencia.