¿Qué son las creencias?
Las creencias son las normas de nuestra vida, las reglas
según las cuales vivimos. Son básicamente juicios y valoraciones que hacemos
sobre nosotros mismos, los demás o el mundo en el cual vivimos. Estas normas pueden ser liberadoras y
potenciadoras y darte permiso para lograr tus objetivos y vivir de acuerdo a
tus valores. Pero también pueden ser obstáculos que hagan imposible alcanzar
tus objetivos o que te lleven a pensar que no eres capaz de alcanzarlos.
El origen de las
creencias
Nuestro aprendizaje como seres humanos consiste básicamente en
aplicar el modelado de otros comportamientos que hemos observado en nuestro
entorno, y cuando no existe un modelo lo hacemos por el método de ensayo y
error. Los comportamientos que llevamos a cabo y repetimos una y otra vez se
quedan fijados profundamente en nuestra conciencia como creencias y con el
tiempo se convierten en parte de nuestra personalidad.
Construimos nuestras creencias en base a nuestras
experiencias y luego actuamos como si fuesen ciertas. Son como profecías de auto-cumplimento.
Si crees que eres una persona tímida actuarás como tal, serás poco sociable, te mostrarás retraído y distante con los demás
y te será difícil entablar conversaciones con personas que no conoces
demasiado.
Algunas experiencias de fuerte impacto emocional han podido
dar nacimiento a una creencia sin necesidad de que otras experiencias posteriores la refuercen. Por
ejemplo voy paseando por la calle y me ataca y muerde un perro, produciéndome heridas
de cierta consideración, puede inducir a la creencia de que “los perros son muy
peligrosos”.
La mayoría de nuestras creencias han sido asumidas en la infancia
y la adolescencia; y en su adquisición ha tenido una importancia fundamental el
entorno familiar y escolar, las amistades, las experiencias previas, los libros
leídos, etc.
Creencias potenciadoras
El coaching actúa a partir de creencias potenciadoras. Aquí tienes
algunas de las presuposiciones del coaching.
-
Si
quieres comprender, actúa.
-
No
hay fracaso, solo aprendizaje
-
El
mapa no es el territorio
-
Tenemos
todos los recursos que necesitamos para cambiar
-
Todo
comportamiento tiene un propósito
-
Tener
alguna opción es mejor que no tener ninguna.
-
Lo
que estás haciendo es lo mejor posible y aún puedes hacerlo mejor.
-
Creamos
nuestra propia realidad
-
Lo
que es posible para otra persona es posible para mí.
-
Las
relaciones son más que la suma de sus partes
-
En
la vida no existen fracasos, sino solo resultados de los que podemos aprender.
-
Es
más importante la dirección que la velocidad.
Creencias limitadoras
Las creencias limitadoras son los
principales culpables de que no alcancemos nuestros objetivos ni vivamos
nuestros valores. Actúan a modo de normas que nos impiden alcanzar lo que es
posible, somos capaces de conseguir y nos merecemos.
Algunos ejemplos de creencias
limitadoras típicas:
-
Sin
sufrimiento no hay beneficio
- No
puedo fiarme de nadie
- No
me merezco tener éxito
- Nunca
consigo lo que quiero
- La
felicidad dura poco
- La
gente es egoísta por naturaleza
- Las
mujeres lo tienen realmente difícil
- La
vida está llena de conflicto y sufrimiento
- No
puedo ganar sin que otros pierdan
- No
puedo lograr lo que deseo
- He
llegado a mis limites
- Soy
demasiado viejo para cambiar
Estas y otras creencias limitadoras similares solo son
ciertas si actúas como si lo fuesen. Supongamos que fueran falsas. ¿Qué
diferencia comportaría eso?
Como cambiar las
creencias
a)
Identifica
la creencia limitadora que quieres cambiar (ej.: el trabajo en equipo no es
eficaz).
b)
Intenta averiguar cuál es la intención
positiva de esa creencia a pesar que te limita de muchas otras formas (ej.:
nadie cuestionará mis ideas).
c)
d)
Pregúntate
que te gustaría creer en lugar de esa creencia limitadora. La nueva creencia
debe reunir las características siguientes:
-
Debe
formularse en positivo.
-
Ser
susceptible de comprobación frente a la experiencia
-
Debes
ser ecológica
-
Debe
satisfacer la misma intención positiva que la creencia a descartar.
e)
Escribe
la nueva creencia. Deberá hablar de desarrollo personal y/o organizacional, y
estar formulada en tiempo presente, como si estuviera ocurriendo ahora mismo (ej.:
cada día me es más fácil cooperar con los demás y aprender de ellos sin tener que renunciar a mis ideas y forma de
pensar).
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