Uno de los retos que nos plantea la sociedad de la información en que cual estamos
inmersos es el bombardeo constante de noticias, imágenes, anuncios, etc. a través
de los diferentes medios de comunicación. Algunos estudios destacan el aumento
de problemas de atención, concentración e hiperactividad, en especial entre los
jóvenes y adolescentes, lo cual puede
llevar a estados de estrés, irritabilidad y ansiedad.
Existen algunas técnicas como la meditación y el mindfulness
que pueden ayudar a las personas a mejorar su capacidad de atención y concentración,
lo cual después influirá en la mejora de su eficiencia y satisfacción personal.
Enfoque y concentración
Enfoque: significa claridad en relación a los
objetivos y resultados deseados. También saber cuáles son las prioridades a
cada momento, para ir avanzando en dirección a nuestras metas más importantes.
Para ello hay que discernir entre lo
urgente y lo importante.
Concentración: significa la habilidad de permanecer
en una tarea hasta que esta se completa en su totalidad, moviéndonos de donde
estamos a donde queremos llegar, sin dispersión ni distracciones, y sin apartarnos
del objetivo haciendo cosas de menor importancia.
Concentración y
motivación
La motivación es una energía positiva interna, una
combinación de entusiasmo y percepción clara que nos impulsa a movernos a la
acción y cumplir con nuestro cometido. Es fácil desarrollar concentración hacia
aquello que nos motiva e inspira.
Cuando queremos reactivar nuestra motivación debemos hacernos
estas preguntas:
¿Qué es lo que realmente quiero conseguir?
¿Qué es importante ahora para conseguirlo?
¿Qué necesito en este momento para lograr lo que es relevante
para mí?
Métodos para
incrementar la nuestra concentración
1.
Enfocarnos
en los pensamientos proactivos y creativos al tratar con las situaciones,
descartando los pensamientos inútiles e innecesarios.
2.
Identificar
elementos y factores que nos distraen y dispersan. Tomar conciencia de esos
saboteadores y crear un plan personal para prevenirlos y protegernos de ellos.
3.
Planificar
bien nuestro tiempo, intercalando pausas para desconectar de vez en cuando y
relajar y calmar nuestra mente.
4.
Preguntarnos
a menudo: ¿Lo que estoy haciendo es lo más relevante para alcanzar mi objetivo?
5.
Terminar
lo que empezamos, procurando evitar las interrupciones.
6.
Realizar
paradas de un minuto cada hora para enfocarnos en un pensamiento pacífico y
positivo que nos ayude a desconectar de las situaciones externas. Esto permite
despejar nuestra mente de lo que es accesorio
o innecesario y nos facilita conectar de nuevo con lo que es esencial.
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