La ley de la acción y la reacción
es una ley de la naturaleza, conocida como la tercera ley de Newton. Es la base
de la mecánica clásica hasta hoy en día y nos dice que: “por cada acción hay
una reacción igual y opuesta”.
A nivel espiritual existe también
la acción y la reacción, conocida en India y otras culturas orientales como la
ley del karma. Lo que sembramos es lo
que recibimos. Por tanto, si sembramos una semilla de mango no podemos esperar
que nazca un melocotón, si sembramos semillas de odio (en pensamientos,
sentimientos, actitudes) no podemos esperar recibir amor, respeto, y paz.
Un buen ejemplo para ilustrar
como actúa la ley del karma, es
comprobar lo que sucede cuando echamos una piedra en un lago, se generan unas
ondas que finalmente alcanzan la orilla,
retornando después al centro de donde partieron.
Los seres humanos estamos irradiando energía constantemente. Emitimos
pensamientos, emociones y sentimientos que transmiten vibraciones al entorno.
Hay personas que irradian y otras que absorben esos sentimientos. La energía
que emitimos alcanza a otras personas, y regresa a nosotros. En base a esta
ley, debemos comprender que si en ocasiones la gente nos envía energía que no
es muy agradable, quizás es debido a que en otro momento también les
enviamos ese mismo tipo energía, aunque
haya tardado en regresar. Si siempre procuramos irradiar una energía positiva,
de amor y respeto hacia los demás, tarde
o temprano esa energía retornará también a nosotros.
El poder de elegir
Si eres una persona bondadosa y amable y tienes un compañero
de trabajo autoritario y agresivo, que te va poniendo clavos y chinchetas en tu
camino, ¿Cuánto serás capaz de tolerar hasta que alcance la gota que colme el vaso? Es
nuestra elección sentirnos como una victima, un estudiante o un maestro de las
diferentes situaciones y personas con las que interactuamos. En realidad la
persona que se opone a nosotros deberíamos considerarla nuestro profesor. Nos
está enseñando a ser más asertivos y a permanecer pacíficos y concentrados. La
persona que sufre ese abuso de confianza tiene que aprender a ser más independiente
y desarrollar auto-respeto.
Esto es lo que afirma la ley del
karma: “donde hay conciencia hay una elección”. ¿Percibo la situación como un
obstáculo o una oportunidad? ¿Considero que la persona que está impartiendo la
lección como un profesor o como mi enemigo? Para crear un buen karma tengo que
pensar: ¿qué puedo aprender de esta situación?
Libertad versus responsabilidad
El karma se confunde a menudo
como una maldición o castigo. En realidad es la ley de la acción, la respuesta
que damos a esa acción y las consecuencias de nuestras decisiones. Asimismo es
el resultado de la responsabilidad o irresponsabilidad con que actúa la persona. Es una energía que funciona de forma
automática. La conciencia humana es como el microchip de un ordenador, que
contiene la grabación de cada pensamiento y acción que realiza el ser humano.
Ese registro determina nuestro futuro.
Uno de los principios del karma
es: “somos los creadores de nuestro sufrimiento”. Sin embargo solemos culpar a
otros por ello, y no aceptamos nuestra responsabilidad. Hemos de comprender que
los demás pueden ser el estímulo, pero nunca la causa de nuestros sentimientos
y emociones. Nuestro sentimientos son el resultado de como elegimos tomarnos lo
que nos dicen y hacen los demás, y también de nuestras necesidades y
expectativas particulares en ese momento.
Debemos aprender a tomar la
responsabilidad de nuestras vidas, y eso nos dará más libertad. Nunca podré ser
libre sino adopto esa responsabilidad. El karma no es una maldición de Dios,
más bien diríamos que la persona se maldice a si misma con sus pensamientos,
palabras y acciones. El amor, el respeto, la bondad, el perdón, la paciencia,
son las actitudes positivas que hacen funcionar la vida en la buena
dirección. Aplicando estas y otras
cualidades podemos ser los creadores de nuestra felicidad y nuestro destino.
“La Vida es como el
eco.
Lo que das—eso
recibes.
Lo que siembras—eso
cosechas.
Lo que ves en
otros—es tu propio reflejo.
La Vida es como el
eco, siempre te regresa lo que le das”.
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