28 de julio de 2011

Mejorar la calidad de nuestras relaciones


¿Qué entendemos por una relación exitosa?

Por supuesto podría darse diferentes respuestas dependiendo del tipo de relación que hablemos, pero en términos generales, seria aquella en la cual hay unos claros sentimientos de amor y respeto entre las partes implicadas. En otras palabras, el éxito seria el resultado  de la interacción basada en unos valores intrínsecos de las personas, lo cual nos lleva a compartir unas cualidades positivas.
Por tanto, un aspecto básico para mantener unas relaciones satisfactorias es asegurarnos que estamos en contacto con nuestros valores espirituales en todas nuestras interacciones. La paz es la piedra angular de estos valores, ya que la paz interior nos permite tener una actitud de confianza, apertura y seguridad en nosotros mismos y para con los demás.
También es necesario para unas  relaciones de calidad tanto a nivel familiar como profesional u otros entornos sociales,  que permanezcamos en armonía y equilibrio, lo cual es una consecuencia natural  de tener sentimientos de auto-respeto. El respeto y amor hacia nosotros mismos es la base de nuestra positividad y estado de armonía interior.
  
¿Cuál son mis intenciones en mis relaciones?

Es importante observar la motivación o intención que tengo en mis relaciones. Aunque sea a un nivel subconsciente, si lo que me mueve en la relación es crear o mantener una relación de dependencia, más tarde o temprano surgirán tensiones. Eso es debido a que por naturaleza, la dependencia es egoísta. Es una  condición psicológica que surge de la necesidad de ser amado. Sin embargo, el amor solo puede ser experimentado si tenemos la naturaleza de darlo. El amor verdadero no puede ser experimentado pidiéndolo o exigiéndolo. Por ello es esencial que, si queremos que una relación sea duradera, nuestro objetivo sea de dar y compartir y no el tomar o esperar.
Otro aspecto para mantener relaciones armoniosas es el aceptar la responsabilidad personal por la calidad de nuestras relaciones. Si solo nos quejamos acerca de cómo son los demás, de lo que hacen, lo deberían  hacer o deberían dejar de hacer, solo contribuimos a aumentar la negatividad, y finalmente la relación de deteriora y destruye.
Una relación solo puede mantenerse cuando cada persona acepta la responsabilidad de si mismo y de contribuir en la medida de sus posibilidades al éxito de la relación.

La importancia del respeto en nuestra interacción  con los demás.

El respeto es un valor esencial en las relaciones humanas. De una forma simple podríamos definir el respeto como el ser capaces de apreciar a los demás, reconocer sus talentos, sus esfuerzos, sus cualidades. Eso incluiría el aspecto de dar consideración, es decir, tomar en seria la existencia del otro. Lo que otros creen, valora o siente es importante, aunque sea diferente de mis creencias o valores. Cuando damos respeto y consideración a los demás creamos amistad y armonía, y les permitimos que crezcan emocionalmente. El respeto hacia otra persona se pierde cuando dejamos de apreciar sus cualidades y aspectos positivos y nos empezamos a enfocar en sus errores, defectos y debilidades.
 Si una relación es importante para nosotros, miraremos de hacer el esfuerzo para conectar con los valores esenciales de la otra persona. Cuando entendemos lo que es importante para el otro, sabremos  como tratarle, lo que debemos procurar no hacer, sabremos como estar y compartir con los demás.

El problema de las expectativas

Las expectativas acerca de los demás suelen ser la mayor fuente de pensamientos negativos que tenemos en las relaciones humanas. Si a menudo esperamos que la gente se comporte de una cierta forma, que nos hablen o traten de una forma en particular, entonces cuando no lo hagan nos trastornaremos y tendremos pensamientos y sentimientos negativos hacia ellos. Por tanto es importante desarrollar una actitud de aceptación sobre como deciden ser y actuar las demás personas con quien interactuamos, ya que así podremos permanecen en paz con nosotros mismos y podremos ser más objetivos al tratar con ellas y las situaciones.
Las expectativas están a menudo conectadas a los apegos y las dependencias. Si estamos apegados a una persona esperaremos más de ella que de cualquier extraño.

Armonía en las relaciones y comunicación efectiva

Uno de los factores principales para conseguir armonía en las relaciones es tener una buena comunicación. Si la comunicación se quiebra la relación sufre. ¿Cuál es la principal razón del deterioro de la comunicación entre las personas? El ego  es lo que más nos bloquea y crea más barreras y distorsiones en nuestra relación con los demás. Si quiero armonizar mi relación, ya sea en el hogar, en el trabajo o la vida social, tengo que participar en la comunicación a través de la escucha activa. La comunicación no significa solamente hablar. Escuchar es el 80 % de la comunicación. Si queremos transformar el ego necesitamos utilizar la armadura de la humildad, lo cual nos permitirá abrirnos a una comunicación clara y sincera con los demás.
La escucha activa y una actitud humilde transmite confianza a la otra persona, lo cual permite generar una actitud de dialogo y apertura.
Otro ingrediente que  crea armonía en la relación es la honestidad. Tenemos que tener una comunicación abierta y honesta.

Las cuatro actitudes para crear armonía en las relaciones:
 1)     El poder de escuchar: oír es diferente de escuchar. Oír es fisiológico, escuchar es psicológico. Tenemos que aprender a escuchar, no tan solo oír.
2) Estar disponible. Si siempre nos mostramos como alguien muy ocupado las personas sentirán que no estoy disponible y recurrirán a un  tercero. Es importante dar prioridad a crear un tiempo de calidad para las personas con quien interactúo a diario.
3) Tolerar: Es una forma de fortaleza, de poder interno. Saber aceptar tanto lo positivo como lo negativo y responder siempre con madurez y ecuanimidad. No ser afectado ni por la alabanza ni por la difamación. Es ser positivo con aquellos que son negativos conmigo. Tolerancia no es aguantar y callar, tolerancia es aceptar y comprender.
4) Adaptación: Significa tener una naturaleza fácil y flexible. Tener capacidad de amoldarse. Es el poder de estar por encima de los roces con los demás y adaptarse a lo que la situación requiere. Saber fluir según la escena en la que te encuentres, no tener expectativas ni  ser rígido.
  
El triangulo divino de la armonía: El ser, la verdad, la vida.
 Podríamos describir la armonía a través del modelo de los tres puntos; uno representa el ser, el otro representa a las demás personas que hay en tu vida. La causa más frecuente de falta de armonía es tener una relación conflictiva entre el ser y los demás. Al tercer punto lo llamamos la Verdad, lo Divino, “Aquel o aquello que trae beneficio a todos”. La armonía se genera cuando el individuo se enfoca en la dirección correcta. Estos tres puntos están constantemente interconectados. Existe una conexión permanente entre lo divino y la vida. Por tanto, en lugar de concentrarnos que podemos tomar de la vida y los demás, seria más adecuado primero enfocarse en comprender mi verdad interior. Así podré después conectar con el Divino, y el Divino siempre permanece conectado a la vida. Se activa la llamada ley de la sincronicidad. Todo lo que necesite de la vida vendrá a mí de forma natural.


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