7 de julio de 2011

Recuperar la energía personal

Las personas necesitamos disponer a diario de un buen nivel de energía para realizar todas nuestras actividades y alcanzar las metas que nos hayamos haya fijado. Por tanto es de vital importancia conocer en profundidad los distintos niveles de energía que operan en nuestras vidas, así como los métodos que nos permitirán recargar nuestro ser y aumentar nuestra fortaleza interna y recursos personales.
. ¿Qué es la energía?
Algunas definiciones que podríamos dar:
- La fortaleza y vitalidad que se necesita para mantener una actividad.
- Las actitudes físicas y mentales de una persona aplicadas a una actividad concreta.
- Es la fuerza vital que reside en la conciencia humana y que hace que las cosas sucedan.

Existen 4 tipos de energía que están interconectadas:
- Energía física: expresa nuestra capacidad de movimiento y realización de acciones en el plano físico. El cuerpo humano tiene su propia energía, pero diariamente necesita fuentes externas de energía, comida, aire, luz del sol, agua. Sin estas fuentes externas, el cuerpo humano no podría existir.
- Energía emocional: relacionada con el tipo de emociones y sentimientos que tenemos a cada momento. Hay un tipo de emociones negativas como el miedo, la preocupación, la ira, angustia, etc. que reduce nuestro nivel de energía, y otras emociones que llamaríamos positivas, como la empatía, la comprensión, la alegría, la serenidad, etc. Que nos hacen sentir más equilibrado y seguros.
- Energía mental: las creencias que tenemos y los hábitos adquiridos a lo largo de nuestra vida, determinan nuestros pensamientos y los pensamientos determinan nuestra calidad de la vida. Los pensamientos positivos son fuente de bienestar y crecimiento personal y nos proporcionan una energía elevada con una vibración de alta frecuencia que nos recarga y energetiza, mientras que los pensamientos desperdiciables y negativos atraen una energía de baja calidad e improductiva que nos cansa y debilita.
- Energía espiritual: Es el ultimo nivel de energía, y está conectado con la conciencia de las cualidades y valores innatos de alma. Está energía está influyendo directamente sobre las otras tres. Tiene una conexión con nuestra identidad y creencias. 
El alma humana también necesita recargarse a diario y para ello tiene que conectarse a una fuente externa de poder que no es física, la Energía Suprema que reside en el mundo del silencio eterno, en una dimensión más allá del tiempo y de la materia. A través de la práctica de la meditación podemos tener acceso a esta fuente ilimitada de energía espiritual.
¿Cómo interactúan estas energías?
La cuestión fundamental que hay que comprender es como la energía consciente (alma, espíritu), interactúa con las partículas inconscientes (materia), para producir y crear esta gran obra cósmica del Universo y la vida.
En realidad, cualquier cosa que podemos percibir proviene de dos fuentes: la que es detectada por los órganos físicos de los sentidos y la que proviene de las facultades del ser, es decir el pensamiento, los sentimientos, la creación de ideas, los deseos, y que a la vez van configurando nuestra personalidad individual. Estas facultades sutiles de la mente, la razón, el sentimiento y la personalidad, son manifestaciones de lo que se denomina consciencia.
El ser humano a sido capaz de comprender la materia lo suficientemente bien como para ser capaz de liberar la fuerza que la mantiene unida dentro de sus propios átomos para producir la energía nuclear. Imaginemos entonces el poder que existe dentro del “atma”, palabra de origen sánscrito, que significa ser o alma, y que se refiere a la energía consciente del ser humano, la cual podríamos representar como un punto de energía indivisible e indestructible de luz no-física.
La palabra atma tiene tres significados específicos, yo, el ser viviente y el residente. Dentro de esta única palabra obtenemos una comprensión de diferentes aspectos del ser: yo, el ser viviente, soy el que reside dentro de este cuerpo físico.
A partir de aquí, la pregunta ¿Quién soy yo?, queda clara. Soy el alma, el ser interior viviente e inteligente. Habito y le doy vida a cuerpo. El cuerpo es el medio a través del cual yo, el alma. Me expreso y experimento el mundo que me rodea.
Como energía el alma tiene en su interior cualidades, que son tanto masculinas como femeninas. Aunque el alma se ve afectada por el género de su cuerpo, el ser verdadero no tiene sexo. Las cualidades intrínsecas o innatas del alma son la paz, el amor, la felicidad, la verdad, el poder y la pureza.
¿Cómo reactivar la energía del ser?
Uno de los significados de meditación proviene de la palabra sánscrita “yoga”, que significa volver a unir, crear un nexo o vinculo ¿Con que y con quien? En primer lugar con el ser original y eterno; el alma, y en segundo lugar con la Fuente Suprema de todo poder y energía. Yoga significa recordar todas las cosas de valor que habían quedado olvidadas. Yoga significa recordar el ser original, la relación original y eterna con la Energía Suprema y recordar, mediante la experiencia, el significado verdadero de amor, paz y felicidad.
Puedes practicar el siguiente ejercicio de meditación para experimentar de nuevo ese estado de “Yoga” o “Unión” con las energías eternas del Universo.

A la hora de practicar la meditación, los siguientes pasos pueden serte de gran ayuda:
1. Encuentra un lugar tranquilo y relajado. Pon una iluminación y música suaves que puedan crear un ambiente adecuado.
2. Siéntate confortablemente con la espalda recta sobre el suelo o en una silla.
3. Mantén tus ojos abiertos y deja que tu mirada descanse en algún punto frente a ti. Puedes utilizar alguna imagen luminosa, como un paisaje de un atardecer, una vela, etc... Utiliza el punto luminoso para focalizar tu visión de una forma relajada, puede parpadear normalmente.
4. Suavemente, retrae la atención de todo lo que te rodea incluyendo los sonidos.
5. Conviértete en el observador de tus propios pensamientos. No intentes dejar de pensar, simplemente sé el observador, sin juzgar ni ser arrastrado por tus propios pensamientos, simplemente observa.
6. Crea un pensamiento para ti mismo, sobre ti mismo. Por ejemplo: "Soy un ser pacífico".
7. Mantén ese pensamiento en la pantalla de tu mente, visualízate a ti mismo en un estado pacífico, tranquilo y calmado.
8. Permanece tanto como puedas en la conciencia de ese pensamiento. No luches con ningún otro pensamiento ni recuerdos que puedan venir a distraerte. Simplemente obsérvalos pasar y vuelve al pensamiento creado, "soy un ser de paz".
10. Ahora visualiza un punto de luz, en el centro de tu frente, y en esa conciencia de paz, comprende que eso es lo que eres. Crea el pensamiento, “Soy un ser de luz, soy un ser de paz”, “soy un alma de paz”.
9. Reconoce y aprecia los sentimientos positivos y cualquier otro pensamiento positivo que surjan directamente de este único pensamiento.
10. Permanece estable en esos sentimientos durante unos pocos minutos. Sé consciente de los pensamientos que no tienen relación con esos sentimientos e ignóralos.
11. Gradualmente se ralentizarán y empezarás a sentirte más pacífico.
12. Termina tu meditación cerrando tus ojos durante unos breves momentos y creando un completo silencio en tu mente.

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