13 de diciembre de 2012

DIRIGIR NUESTRA VIDA CON EFICACIA. TENER UN PLAN DE ACCIÓN



  El arte de la gestión eficaz del tiempo. Pensar antes de actuar

La planificación nos ayuda a crear un marco de referencia de las actividades que tenemos que llevar a cabo para el cumplimiento de nuestros objetivos. También nos ayuda a establecer unos plazos de ejecución a nuestras tareas, y a trabajar con previsión, evitando el limitarse a reaccionar a las circunstancias que se vayan presentando.

Algunas personas dejan de lado la planificación porque están demasiado enfocadas solo en la acción.  Prefieren estar en actividad, siempre haciendo cosas, en lugar de pararse a pensar en lo más adecuado y necesario a cada momento. El resultado de esta falta de planificación es que las personas reaccionan a las cosas que suceden en sus vidas de manera impulsiva en lugar de dar respuestas pensadas y estudiadas.
Planificar es una forma de anticipar y prever acontecimientos y generar posibles actuaciones.

 Las preguntas iniciales de la planificación:

n  Resultados: ¿Cuales son mis objetivos?¿Qué espero conseguir?
n  Actividades:¿Qué tengo que hacer para conseguir estos resultados?
n  Prioridades: ¿Cuales son las prioridades principales?
n  Plazos: ¿Para cuando tiene que estar?
n  Estimación de los tiempos: ¿Qué tiempo necesitaré para realizar cada tarea?
n  Horario: ¿Cuando realizaré cada actividad?
n  Flexibilidad: Cuanta flexibilidad tengo que tener ante las situaciones inesperadas que no puedo controlar
n  Motivación: ¿Por qué quiero hacerlo?
n  Delegación: ¿Quien más puede participar?


La planificación debe ser ágil y flexible. Es decir, decidir en ella lo que se quiere alcanzar, que actividades se considera que son necesarias para lograrlo, cuales son los recursos que se necesitan, y en que momento se tienen que iniciar y terminar las actividades para  de nuevo planificar las siguientes.

A la hora de planificar tu tiempo, siempre piensa en resultados, no solo en tareas. Cuando tengas claro el resultado que quieras conseguir, traza un plan de acción, asignando las tareas que sean necesarias para lograr el objetivo. Cuando se tiene una meta clara, y se trata de un objetivo verdaderamente deseado, es muy fácil poner en marcha el mecanismo de entusiasmo y pasión.

“No olvides, primero resultados, luego tareas”.


¿Qué ventajas nos reporta la planificación de nuestro tiempo?

- Ahorrar y ganar tiempo para las tareas y objetivos realmente importantes.
-  Tener una visión panorámica sobre todos los proyectos, tareas y actividades.
-  Menos tensión y estrés, y más previsión del curso del día.
-  Los planes de trabajo escritos suponen una descarga de trabajo para nuestra mente.
-  Se permanece más concentrado y se pueden controlar mejor las distracciones.

 Consejos para organizarse mejor y gestionar el tiempo con efectividad

l.-Una encuesta hablaba de 17. 5 días perdidos cada año buscando papeles. Organízate.

2.- Simplifica tu vida, tu comida, tu  ropero

3.- Delega - temprano.

4.-Basura. Deshazte de todo lo que no quieras.

5.-Escucha verdaderamente lo que la gente quiere en vez de hacerlo superficialmente.

6.-Habla menos.

7.-Permítete tiempo para pasear, viajar.

8.- Ten a mano la información que necesites.

9.-Disciplina.

10.-Buen descanso.

11.-Si te sobra tiempo mira tu agenda y comienza algo nuevo, ó bien relájate adecuadamente, no pases el tiempo holgazaneando y cotilleando.

12.-Compra en grandes cantidades con una sola lista.

13.-Revisa cómo vas a todos los niveles.

14.- Ten ordenada la casa y la mesa de trabajo.

15. -Disfruta el ahora, aprovecha cada momento, no te quedes atrapado en tu rutina de forma que te desequlibres con las situaciones de la vida cotidiana.

16.-Fija plazos para todas las tareas y procura cumplirlos.

17.-Haz las cosas que requieran máxima capacidad mental cuando estás en tu mejor momento.

18.-Pospón todo lo que no es importante.

19.-Analiza tus interrupciones, torna medidas para evitarlas o disminuirlas.

20.-Haz sólo una cosa a la vez.

21.-Planifica tus llamadas telefónicas. Prepara una nota breve de lo que deseas decir o averiguar.

22.-Sé selectivo. Aprende a decir que no. Acostúmbrate a preguntar: ¿Soy la persona correcta para esta tarea?

23.-Evita el llevarte trabajo a casa.

24.-Haz las cosas lo suficientemente bien. Evita el perfeccionismo exagerado, esto te dejará más tiempo para las cosas importantes.

25.-Ten expectativas realistas de lo que puedes hacer en un día.

26.-Piensa primera, después actúa. Nada es tan urgente como para no poder pararte a tomar una decisión.

11 de noviembre de 2012

VIVIR CON UN PROPÓSITO EN LA VIDA


Es interesante observar como en la naturaleza todo sirve a un propósito, y como los elementos cooperan entre si constantemente para servirnos, creando armonía y belleza en la danza de la vida. El sol da energía, luz y calor, la tierra alimenta, nutre y protege, el aire refresca, el agua limpia y purifica, el árbol da sombra y frutos, etc. Como parte integrante que somos de la naturaleza, nos podríamos hacer la pregunta; ¿Cuál es la contribución que hacemos a la vida para crear prosperidad, bienestar y equilibrio?

La realidad sin embargo, es que los seres humanos  nos hemos desconectado de los ritmos de la naturaleza, y vivimos un poco desorientados, pasando la mayor parte del tiempo tomando y consumiendo, rompiendo el equilibrio del medio ambiente, y provocando la extinción de los recursos naturales de nuestro hermoso planeta.

Cambio de paradigma: de la conciencia material a la espiritual

El paradigma materialista en el que viven la mayoría de seres humanos en nuestra civilización, está centrado en seguir tomando y consumiendo de la  naturaleza y la sociedad, sin pensar que  nuestra relación con el entorno debería estar basada, como en toda relación de carácter positivo, en un dar y recibir equilibrado. Se cae con demasiada facilidad en el “yo necesito”, “yo quiero” y por tanto solo se piensa en tomar y poseer más y más. Este paradigma materialista  en el cual vivimos es un modelo no sostenible, y tal como afirmó Mahatma Gandhi: "En el mundo hay suficiente para cubrir las necesidades de todos los hombres y mujeres, pero no para satisfacer su codicia"

Otro paradigma es posible, el llamado espiritual, que nos dice que en nuestro interior hay una gran fuente de recursos. Si aprendemos a ser más conscientes de ellos, nuestros deseos y necesidades de tomar del mundo material se reducirán notablemente. El paradigma espiritual nos dice: “empieza a mirar en tu interior”. En la medida que vamos conociendo en profundidad nuestra identidad espiritual, podemos conectar de nuevo con la verdad y los valores que hay en nuestro ser. Como consecuencia directa de este proceso de introspección y auto-conocimiento, desarrollaremos más confianza en nosotros mismos, mejorará nuestra autoestima y seremos más estables en los momentos de crisis y adversidades. Permaneciendo conscientes de nuestro ser espiritual también nos sentiremos más conectados a la naturaleza, y por tanto habrá más respeto y cuidado en nuestras relaciones, tanto con las personas como el medio ambiente.


Vivir con sentido y propósito

Es necesario que nos hagamos preguntas profundas y significativas si queremos darle un nuevo enfoque a nuestra existencia;  ¿Cómo quiero vivir mi vida?  ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Cuáles son las cosas más importantes?  ¿Qué da sentido a mi vida? ¿Cuál es el propósito de mi existencia, más allá de mis propias necesidades o las de mi familia?¿En que puedo contribuir para mejorar este mundo?.

Nuestro propósito debería ser una combinación de hacer aquello que nos  apasiona, lo que realmente amamos, y donde también podamos utilizar nuestros talentos, habilidades y fortalezas.  El propósito de nuestra vida debería estar alineado  con un sentido de misión, que seria nuestra contribución al mundo, aquello que podemos hacer y ofrecer para mejorar nuestro entorno o la calidad de vida de nuestros semejantes, ya sea en el presente o el futuro. También debería estar integrada en el propósito nuestra profesión, que será lo que nos permitirá obtener los recursos materiales para nuestra subsistencia. A su vez, aquello que hagamos a diario  debería permitirnos expresar todo nuestro  potencial.

Sin un propósito que de sentido a nuestra existencia, nuestra actitud  será de tomar y esperar, ya sea de la naturaleza o de los demás. Si aún no tienes claro este propósito de tu vida, hazte preguntas profundas y dedica unos minutos a diario a la introspección y reflexión silenciosa. Conéctate con tu ser interior, y toma conciencia sobre lo que en verdad resulta trascendente o primordial para ti. Aprende a conocer tus fortalezas,  los talentos y “dones” que has recibido, y ofrécelo a la vida con generosidad y altruismo.

31 de octubre de 2012

EL ARTE DE ENFOCAR LA MENTE


El pensamiento es una de las energías más poderosas del Universo, y a menudo una de las menos comprendidas.  Los pensamientos son como semillas que constantemente estamos plantando en nuestras mentes, y de las cuales luego irán surgiendo nuestras emociones, sentimientos, palabras y acciones, lo cual a su vez irá creando nuestros hábitos y creencias, y finalmente irá modelando nuestra personalidad. Se dice: “Así como piensas, así es tu vida”. Por tanto es importante dedicar un  tiempo a conocer mejor el funcionamiento de nuestra mente y aprender utilizar lo mejor posible esta herramienta tan valiosa que tenemos todos los seres humanos. Como sucede con muchas cosas en nuestra vida, al nacer a este mundo no nos dan un manual de instrucciones de como usar las facultades internas y sutiles de nuestra conciencia.

Un estudio realizado en Norteamérica afirma que la mente humana llega a generar entre 50.000 y 60.000 pensamientos diarios; sin embargo, ¿de cuantos de ellos somos conscientes? ¿Cuántos son creados por hábitos rutinas y automatismos y cuando son elegidos conscientemente? Si tomáramos  más conciencia de nuestros pensamientos nos daríamos cuenta que gran parte de los mismos vienen creados por hábitos que hemos ido creando a lo largo de nuestra vida. Muy pocas veces el ser humano se para unos momentos para reflexionar y observar lo que está pensando y sintiendo, que es la clave para darse cuenta de las consecuencias que eso tiene en nuestra calidad de vida y bienestar interior.

La creación de los pensamientos

¿Cómo se originan los pensamientos en nuestra mente?  Podríamos decir que hay dos fuentes de creación, por un lado los sentidos físicos son las puertas a través de las cuales percibimos la realidad del mundo exterior y que da origen a muchos de los pensamientos y deseos que surgen en la mente. Podríamos comparar la mente a una pantalla, donde se proyectan ideas, imágenes, pensamientos, etc. Lo que sucede a menudo hoy en día es que, a través de los sentidos físicos,  hay un bombardeo constante y excesivo de información y estímulos sobre esta pantalla, lo cual provoca que se acabe sobrecargando y saturando. Ello provoca que la mente  de la persona se vaya debilitando. El signo de la debilidad es la falta de control sobre los pensamientos.  La mente siempre esta en algún otro lugar, pensando en cosas, situaciones o personas del mundo exterior, atrapada en recuerdos del pasado o preocupada por lo que sucederá en el futuro.

¿Qué provoca el debilitamiento de la mente?

Podríamos mencionar dos causas fundamentales del divagar y el descontrol de la mente: una son los deseos constantes e interminables y la otra el apego. El lenguaje de los deseos es quiero esto, quiero aquello o lo otro. Necesito más, y más y más. Por otro lado, el apego da origen a muchos miedos e inseguridades en la persona, ¿qué me sucederá si pierdo mi trabajo? ¿Y si mi compañero me abandona?, etc. Estas cosas influyen a la mente y la hacen muy vulnerable e inestable. Nos volvemos muy dependientes de factores externos a nosotros y los sentidos físicos nos esclavizan.

. En ocasiones las mentes de las personas son como un coche que va con el acelerador al máximo y sin frenos ni volante, lo cual garantiza con seguridad que habrá accidentes con otras personas, en la forma de conflictos, mala comunicación, enfado, etc. Debemos aprender a mirar en nuestro interior y preguntarnos ¿hacia donde divaga mi mente? ¿Dónde se queda estancada o apegada? ¿Cuál es la calidad de mis pensamientos? La meditación nos ayuda a poner orden en los armarios de nuestra mente y a tener más control sobre los sentidos físicos.

Recuperar la soberanía interior

Existe otra facultad en nuestra conciencia que esta separada de nuestra mente, le llamaremos el ojo interior, o el intelecto. Con está facultad podemos observar lo que sucede en la pantalla de la mente, y sino nos gusta lo que vemos, cambiar el programa. Sin embargo este ojo interior tiene que está entrenado y en buena forma para recuperar el control de los pensamientos.  La clave está en aprender a observar conscientemente nuestra mente y no identificarnos ni apegarnos a lo que estamos viendo. Generar la actitud de ser un observador imparcial es una de las claves para recuperar la maestría y la soberanía interior. Una práctica muy útil es hacer breves pausas durante el día, aprender a interiorizarse y volver a un punto interior de calma y tranquilidad. Preguntarme de vez en cuando; ¿Qué hay en mi mente a lo largo del día? ¿Por qué estoy pensando en esto? ¿Me trae algún beneficio estos pensamientos? Con esta práctica es como si pusiéramos a funcionar nuestro ojo interior de la conciencia y la sabiduría, y así el acelerador de la mente está más controlado, y los frenos vuelven a funcionar correctamente.  

Para fortalecer nuestro intelecto necesitamos conocimiento espiritual de calidad que nos aporte claridad y un mejor entendimiento de nosotros mismos y de como funciona nuestro mundo interior, la mente, los pensamientos y las emociones. Este poder interior que vamos recuperando con la práctica de la meditación nos ayuda a oxigenar la mente y terminar con todo el desperdicio de los pensamientos innecesarios y negativos, que son los verdaderos ladrones de nuestra paz y felicidad interior.

Meditación: el poder del pensamiento concentrado

La práctica regular de la meditación nos ayuda al fortalecimiento de las facultades sutiles de la conciencia: la mente y el intelecto.  Hay tres pasos básicos que seguimos cada vez que nos sentamos para meditar:

1) Separarse: Consiste en ir alejando nuestros pensamientos del mundo exterior para concentrarlos en el aquí y ahora. A la vez nos vamos haciendo introvertidos, como una tortuga que repliega sus órganos en el interior de su  caparazón.  Los sentidos físicos se van calmando y los pensamientos se van ralentizando. El ojo interior del intelecto comienza a separarse de la pantalla de la mente y a desarrollar la actitud mental del observador imparcial.

2) Observar: Al tomar distancia sobre la mente vamos recuperando el control sobre la misma. Aprendemos a observar los pensamientos, la creación de la mente, con una actitud ecuánime e imparcial. Nos juzgamos ni analizamos lo que estamos observando y que va cruzando por esa pantalla, simplemente observamos y vamos dejando pasar los pensamientos, como si fueran nubes que van cruzando por el cielo. Con esta práctica iremos recuperando las sensaciones de control y dominio sobre la mente.

3) Dirigir: A medida que los pensamientos se hacen más pausados y calmados, poco a poco vamos dando un nuevo rumbo a la dirección de los pensamientos. Como un capital que lleva el timón de su embarcación a buen puerto, nuestro intelecto va dirigiendo con firmeza y sabiduría a la mente en la dirección más beneficiosa. Suavemente le vamos dando mensajes positivos a nuestra mente, en forma de pensamientos elevados, tales como: “eres un ser de paz”, “eres estable, calmada y poderosa”. Y procuramos mantener la concentración en estos pensamientos el mayor tiempo posible. Con está practica la mente va cogiendo de nuevo el habito de crear pensamientos que nos conectan con el ser espiritual, el alma y con nuestra naturaleza original de paz, amor y sabiduría.

3 de octubre de 2012

CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD


                                                                                                         
El problema real para el paradigma científico actual es la conciencia                                                            
 Mr. Peter Rusell, Londres.

            -La  ciencia ha considerado el espacio profundo, el tiempo profundo y la estructura profunda. Ha alcanzado los limites en todas las direcciones y ha llegado a la conclusión de que no hay sitio para Dios, ni ninguna necesidad de Dios.

 La espiritualidad, por el contrario, defiende el punto de vista opuesto.
            -El verdadero problema para el paradigma científico actual es la conciencia. Nada en el modelo científico contemporáneo predice que los sistemas vivos llegarán a ser conscientes. Y el paradigma científico actual no tiene otro modo de explicar como surge la conciencia en el universo. Sin embargo, de lo que estamos completamente seguros es de que hay conciencia. Es algo que ninguno de nosotros puede negar en nuestras vidas. Somos seres que experimentan.

            -Al hablar de conciencia, no quiero decir una forma particular de conciencia, sino el hecho de que tenemos experiencia. No sois robots biológicos, al menos asumo que no lo sois, esto es algo que todos tenemos asumido. Sé que estoy teniendo una experiencia interna subjetiva y tengo todas las razones para creer que todos vosotros la tenéis también. Este hecho nos da una certeza al cien por cien de que la conciencia existe.

            -Esta anomalía ha llevado a lo que algunos filósofos hoy están llamando la cuestión clave: ¿Cómo algo tan inconsciente como la materia hace surgir algo tan inmaterial como la conciencia? Estas dos cosas no podrían ser más diametralmente opuestas.

            -Hasta la última mitad de este siglo, cuando varias cosas se han unido para forzar a la ciencia a tomar conciencia seriamente, a la conciencia la habían dejado de lado. Creo que ahora estamos en la segunda fase del cambio de paradigma. La primera fase es cuando ignoras las anomalías, y eso es lo que hemos hecho, hemos ignorado la conciencia. Estamos ahora en la segunda fase, en la cual intentamos explicar refiriéndonos al viejo modelo. Como resultado, hay varias escuelas diferentes de pensamiento en este momento donde los científicos de todas las disciplinas se están uniendo para intentar explicar la conciencia. Algunos piensan que tiene que ver con el fenómeno cuántico, otras consideran la teoría de la información, la teoría de la informática, la teoría del caos o la complejidad de las redes neuronales.

EL NUEVO PARADIGMA

            Lo que estos enfoques tienen en común es que ninguno de ellos han llegado muy lejos. La ciencia no está llegando a ninguna parte intentando comprender o explicar la conciencia. Creo que el motivo es que todavía estamos estancados en un paradigma que en definitiva se ha ido a pique. Y es el paradigma de que la realidad material que observamos es la realidad fundamental. Creo que el nuevo paradigma que emergerá no está aquí todavía. Pero no que nos estamos acercando hacia un punto de vista muy diferente, uno que dice que no son el espacio, el tiempo, la materia y la energía la realidad fundamental; en su lugar es la conciencia la que pasa a ser la realidad primera.

 LUZ Y EL UNIVERSO

            El tema por el que estoy fascinado en particular es el de la luz. La idea de que Dios es luz es característica de las tradiciones espirituales. En la física también, todo de alguna manera desciende a la luz al final. Las interacciones a nivel subatómico son un intercambio de fotones, que son un intercambio de partículas de luz. Mirándolo de forma totalmente realista, la luz es fundamental tanto en las tradiciones espirituales como en la física.

            ¿Qué ocurre cuando miramos al Universo desde el punto de vista de la luz? Einstein demostró que la velocidad de la luz parece ser una constante universal. Aunque te muevas rápido, la velocidad de la luz es siempre exactamente la misma velocidad relativa a tí, 186.000 millas por segundo. Incluso si te estás moviendo a 185.000 millas por segundo, la luz te pasa a 186.000 millas por segundo. Einstein también demostraba que mientras más rápido vayas, más lento va el tiempo y la distancia se hace más corta. Si tuvieras que viajar alguna vez a la velocidad de la luz, el tiempo se pararía y la distancia se reducirá a cero. Por tanto, desde el punto de vista de la luz, la luz vive en un universo en el que no hay tiempo, no hay distancia y no hay masa. Desde nuestra percepción vinculada a la masa, cuando observamos el universo, cuando el espacio y el tiempo en alguna proporción, creamos 186.000 millas de espacio por cada segundo de tiempo. Es una ley de manifestación consciente que interpretamos como la velocidad de la luz. No es velocidad, es la proporción entre el tiempo y el espacio en el universo.
            -Cómo la luz “ve” el universo es como lo ve el místico. Las personas en estados de meditación muy profunda describen su experiencia como una en la cual no hay tiempo y no hay sensación de espacio. Y esto no es sólo de interés académico. Creo que la razón por la que hace falta que tenga lugar este cambio es porque el viejo paradigma materialista está arruinando el mundo de hoy.

            -Creo que es esta forma de conciencia la que nos está llevando a destruir nuestro entorno, destruir nuestro hábitat y también destruir la calidad de nuestras propias vidas. También creo que es realmente importante que comencemos a hacer este cambio en nosotros mismos. De nuevo, esto es lo que todas las enseñanzas espirituales han estado diciendo. El verdadero desafío es llevar a cabo la práctica espiritual de cada uno y finalmente llegar a darnos cuenta de que la conciencia es fundamental y que todo lo demás es una creación dentro de la conciencia.

22 de agosto de 2012

Karma: la ley de causa y efecto


La ley de la acción y la reacción es una ley de la naturaleza, conocida como la tercera ley de Newton. Es la base de la mecánica clásica hasta hoy en día y nos dice que: “por cada acción hay una reacción igual y opuesta”.

A nivel espiritual existe también la acción y la reacción, conocida en India y otras culturas orientales como la ley del karma.  Lo que sembramos es lo que recibimos. Por tanto, si sembramos una semilla de mango no podemos esperar que nazca un melocotón, si sembramos semillas de odio (en pensamientos, sentimientos, actitudes) no podemos esperar recibir amor, respeto, y paz.

Un buen ejemplo para ilustrar como actúa la ley del  karma, es comprobar lo que sucede cuando echamos una piedra en un lago, se generan unas ondas que  finalmente alcanzan la orilla, retornando después al centro de donde partieron.

Los seres humanos estamos  irradiando energía constantemente. Emitimos pensamientos, emociones y sentimientos que transmiten vibraciones al entorno. Hay personas que irradian y otras que absorben esos sentimientos. La energía que emitimos alcanza a otras personas, y regresa a nosotros. En base a esta ley, debemos comprender que si en ocasiones la gente nos envía energía que no es muy agradable, quizás es debido a que en otro momento también les enviamos  ese mismo tipo energía, aunque haya tardado en regresar. Si siempre procuramos irradiar una energía positiva, de amor y respeto hacia los demás,  tarde o temprano esa energía retornará también a nosotros.

El poder de elegir
Si eres una persona bondadosa y amable y tienes un compañero de trabajo autoritario y agresivo, que te va poniendo clavos y chinchetas en tu camino, ¿Cuánto serás capaz de tolerar hasta que alcance la gota  que colme el vaso?                                                                                                                            Es nuestra elección sentirnos como una victima, un estudiante o un maestro de las diferentes situaciones y personas con las que interactuamos. En realidad la persona que se opone a nosotros deberíamos considerarla nuestro profesor. Nos está enseñando a ser más asertivos y a permanecer pacíficos y concentrados. La persona que sufre ese abuso de confianza tiene que aprender a ser más independiente y desarrollar auto-respeto.

Esto es lo que afirma la ley del karma: “donde hay conciencia hay una elección”. ¿Percibo la situación como un obstáculo o una oportunidad? ¿Considero que la persona que está impartiendo la lección como un profesor o como mi enemigo? Para crear un buen karma tengo que pensar: ¿qué puedo aprender de esta situación?

Libertad versus responsabilidad
El karma se confunde a menudo como una maldición o castigo. En realidad es la ley de la acción, la respuesta que damos a esa acción y las consecuencias de nuestras decisiones. Asimismo es el resultado de la responsabilidad o irresponsabilidad con que actúa la persona.  Es una energía que funciona de forma automática. La conciencia humana es como el microchip de un ordenador, que contiene la grabación de cada pensamiento y acción que realiza el ser humano. Ese registro determina nuestro futuro.

Uno de los principios del karma es: “somos los creadores de nuestro sufrimiento”. Sin embargo solemos culpar a otros por ello, y no aceptamos nuestra responsabilidad. Hemos de comprender que los demás pueden ser el estímulo, pero nunca la causa de nuestros sentimientos y emociones. Nuestro sentimientos son el resultado de como elegimos tomarnos lo que nos dicen y hacen los demás, y también de nuestras necesidades y expectativas particulares en ese momento.

Debemos aprender a tomar la responsabilidad de nuestras vidas, y eso nos dará más libertad. Nunca podré ser libre sino adopto esa responsabilidad. El karma no es una maldición de Dios, más bien diríamos que la persona se maldice a si misma con sus pensamientos, palabras y acciones. El amor, el respeto, la bondad, el perdón, la paciencia, son las actitudes positivas que hacen funcionar la vida en la buena dirección.  Aplicando estas y otras cualidades podemos ser los creadores de nuestra felicidad y  nuestro destino.

“La Vida es como el eco.
Lo que das—eso recibes.
Lo que siembras—eso cosechas.
Lo que ves en otros—es tu propio reflejo.
La Vida es como el eco, siempre te regresa lo que le das”.

26 de julio de 2012

¿Cual es la metáfora de tu vida?

Una metáfora es un juego de palabras que permite descubrir atributos comunes entre unas cosas y otras para crear nuevas sensaciones y percepciones, así como nuevas formas de expresar la visión que se tiene del mundo.

Casi todas las personas hacemos uso de las metáforas para describir  que es para nosotros la vida, ya sea  en el plano general o personal. Así por ejemplo, cuando el ser humano percibe el mundo como un lugar lleno de amenazas y dificultades utilizará metáforas como: "la vida es una carrera de obstáculos", o "este mundo es una jungla, solo sobreviven los más fuertes". Otras personas más pesimistas verán el mundo como una jaula o una prisión, o quizás incluso como "un valle de lágrimas al que hemos venido a sufrir".

Por el lado más positivo y agradable de la vida hay personas que perciben la vida como una aventura o un viaje, y siempre están buscando descubrir cosas nuevas y conocer nuevos lugares. Otros la consideran una escuela, un lugar donde venimos a aprender, crecer y evolucionar. También están aquellos que consideran la vida como un juego o una fiesta, un lugar lleno de oportunidades para divertirse, jugar y pasarlo bien.

Las personas que tienen una perspectiva del mundo más espiritual quizás ven la vida como un lugar de servicio, un campo de acción donde tienen que servir a un propósito elevado o cumplir una misión determinada, contribuyendo con ello a crear un mundo mejor. A su vez esto les facilita su crecimiento personal y el desarrollo de su espiritualidad.

Las experiencias, vivencias y relaciones que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, así como las creencias que hemos ido desarrollando en nuestra conciencia debido a nuestra cultura y educación, han ido modelando la metáfora con la cual cada uno de nosotros le da un sentido y propósito a la vida.

Hoy voy a centrarme en tres metáforas, que me han ayudado a desarrollar una visión más espiritual de la vida, así como una mejor comprensión de este mundo, de las leyes espirituales  que lo gobiernan y la forma de relacionarme con el mismo.

1) "El teatro de la vida": Como afirmaba William Shakespeare; "El mundo es un escenario y todos los hombres y mujeres son meros actores".
En este mundo cada uno de nosotros tiene un papel que ha elegido y que está interpretando lo mejor que sabe. Un buen actor no se comparará con otros actores, ni tampoco irá juzgándoles o criticándoles por como ellos están interpretando su papel. Él se centrará en interpretar su papel lo mejor posible, y a la vez respetará y aceptará el papel que otros están interpretando. Al final de la obra el público le premiará con su aplauso y reconocimiento si represento su papel con excelencia y brillantez.
En nuestra vida cotidiana interpretamos muchos diferentes personajes a lo largo del día. Debemos procurar se impecables cuando desempeñamos nuestros roles y a la vez aprender a soltar y desconectar cuando la escena termine, sin indentificarnos con nuestro papel ni tampoco esperar alabanza o reconocimiento por nuestra actuación.

2) "Soy un invitado en este mundo": Cuando vamos a casa de unos amigos como invitados a una fiesta o a pasar unos días de vacaciones, nos sentimos libres de preocupaciones, ya que como invitados no tenemos el sentimiento que nada sea nuestra responsabilidad. Tan solo debemos poner atención y cuidar bien de todo. En esa situación vivimos más el presente y nos nos preocupamos, ya que sabemos que estamos ahí temporalmente, ya sea para unas pocas horas o días. También mantenemos en nuestra conciencia que nada de ese lugar nos pertenece. Se nos ha dejado todo en confianza para que lo usemos, pero como no le hemos colocado a nada la etiqueta del "mío", no nos apegamos a nada ni a nadie.  Cuidamos de todo como si fuéramos tan solo depositarios, sabiendo que al final de nuestra estancia lo tenemos que dejar todo en su sitio y devolver a su propietario en buenas condiciones.

3) "El tren de la vida": "Somos viajeros a través del tiempo". En esta metáfora vemos la vida como un viaje en tren, donde hay un inicio y un final del trayecto, que son el nacer y el morir. Al subirnos a este tren de la vida nos encontramos en un determinado compartimento con otros viajeros, nuestros padres, hermanos, parientes, etc., y nos unimos a ellos para viajar juntos durante un periodo de tiempo. Al transcurrir los años, nos damos cuenta que la vida en ese tren cambia constantemente. Unos compañeros de viaje se bajan y siguen otra ruta, se suben otros y se unen a nosotros durante otra etapa (amigos, compañeros, esposa, marido, etc). 

Como viajero que soy en el tren de la vida, procuro disfrutar de cada momento presente con intensidad, apreciar constantemente a mis compañeros de viaje y compartir con ellos todas las cosas hermosas de la vida, como el amor, la alegría o la sabiduría. Sin embargo el viajero nunca olvida que su viaje tiene un destino final, en el cual tendrá que bajarse del tren. Si durante mi vida he desarrollado mi conciencia espiritual, comprenderé en el momento que abandone el tren no es un adiós para siempre, sino tan solo un "hasta la vista", ya que tendré la claridad y comprensión que todos somos almas inmortales y eternas, y nuestro viaje continuará en otros trenes, en otras vidas, con otros compañeros de viaje o con los mismos, en el ciclo eterno de la vida.

15 de julio de 2012

¿Soy el creador de mi vida o una víctima de mis circunstancias?


Los seres humanos tenemos una facultad que nos distingue del resto de especies del mundo animal: la capacidad de crear nuestros pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos. Somos seres con consciencia, lo cual significa, entre otras cosas, que podemos elegir a que le damos energía en nuestras mentes. Existe la expresión: “Así como piensas, así es tu vida”. Según es la calidad de nuestros pensamientos ello determina la calidad de nuestra vida. Cada ser humano crea su propia realidad según la elección que realiza a cada momento de acuerdo a su estado de consciencia. Nuestras vidas son del color de nuestros pensamientos, si pensamos cosas tristes, estaremos tristes; si pensamos cosas alegres, estaremos contentos; como vemos, nuestra vida depende de nuestros pensamientos, tal como piensas, así eres.

Hemos de darnos cuenta que no podemos cambiar las circunstancias que nos rodean ni la realidad que nos toca vivir, lo único que está en nuestras manos es elegir la forma en que respondemos a lo que nos sucede. No podemos cambiar nuestro pasado, no podemos cambiar el hecho de que la gente actúe de cierta forma, no podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es jugar con la única cuerda que tenemos, y esa es nuestra Actitud. Afirma Charles Swindoll que la vida es 10% lo que nos ocurre y 90 % cómo reaccionamos ante ella.

Tal como afirma Steven Covey: “La esencia del ser humano es la capacidad de dirigir su propia vida”. El ser humano actúa, los animales y  los “robots” reaccionan. El ser humano es capaz de tomar decisiones basándose en sus valores. La facultad de elegir el rumbo de nuestra vida nos permite reinventarnos a nosotros mismos, cambiar nuestro futuro e influir con fuerza en el resto de la creación. 

“Entre estímulo y respuesta hay un espacio, en ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta. En estas elecciones residen nuestro crecimiento y nuestra libertad”.

La trampa del victimismo

Debido a la actual coyuntura socio-económica que en la que se encuentra nuestra sociedad hay un “club” que en la actualidad está aumentando su numero de forma exponencial. El “Club de la queja y el victimismo”.  Para ser admitido en este club es necesario demostrar que se poseen una determinadas actitudes, como por ejemplo: criticar, destruir, culpabilizar, enfadarse, controlar, reivindicar, insultar, agredir, etc.  Sin duda es muy legítimo querer formar parte de este club, sin embargo deberíamos preguntarnos a donde nos acaba llevando esas actitudes y comportamientos.

El resultado es que muchas personas acaban encerradas en un ciclo vicioso de victimismo que acaba generando unos sentimientos de frustración, desanimo, desesperanza y depresión.  Está bien protestar si vemos injusticias en el mundo, pero si solo hablamos de lo malo lo perpetuamos y acabamos en un callejón sin salida.

Como seres creativos que somos, con consciencia y capacidad de elección, debemos preguntarnos si hay otras actitudes más positivas y proactivas que nos permitan generar cambios en nuestro entorno a partir de nuestro interior,  dando nuevas respuestas creativas a las adversidades que estamos viviendo y a los retos y desafíos que nos plantea la vida.

Cuando cambiamos, el mundo cambia    
                                
Al enfocarnos en nuestro propio espacio interior, podemos ir desarrollando conocimiento y claridad acerca de nuestra verdadera identidad. De esta manera podemos diferenciar lo que hacemos, es decir, nuestros roles, de lo que realmente somos. Al conocernos mejor, nos daremos cuenta de que la manera en que nos vemos a nosotros mismos influye sobre la manera en que vemos el mundo. Si cambio la visión de mí mismo, el mundo cambia.

Si queremos conocernos, debemos aprender a observarnos. Conocernos significa darnos cuenta de que la forma en que nos vemos a nosotros mismos, influye en nuestra percepción del mundo que nos rodea. Conocernos significa tomar conciencia de la diferencia entre cuerpo y alma, entre ser y humano, entre forma y contenido. Conocernos nos permite retornar a la realidad de nuestra paz interior inherente y volver a experimentar amor genuino y espiritual hacia nosotros mismos mismo y - como consecuencia - hacia quienes nos rodean.

Siempre que sea posible, desconectemos unos momentos del mundo exterior y enfoquémonos en nuestro interior. Es en el silencio y la calma de nuestra mente donde nos daremos cuenta de cuál es nuestra verdadera naturaleza original,  la de un ser de paz. Así podremos permanecer en paz con nosotros mismos  con el mundo que nos rodea. A partir de este rencuentro con nuestro ser verdadero, podemos proyectarnos hacia nuestras relaciones y responsabilidades, en nuestro hogar y en el trabajo.

12 de julio de 2012

LIDERAZGO INTERIOR



¿QUÉ ES UN LIDER?

Un líder auténtico tiene metas y sueños bien definidos, y es capaz de transmitir su visión  y entusiasmo a otros a través del carisma que genera su compromiso con unos valores, así como la integridad y coherencia de sus pensamientos, palabras y acciones. Asume la responsabilidad plena de lo que sucede en su vida, no va culpando a otros por sus circunstancias, sino que tiene una actitud proactiva. Un líder también tiene un gran auto-control y seguridad en si mísmo, sabe vencer sus miedos y  guiarse por su intuición interior a la hora de tomar decisiones. 
Podría afirmarse que el liderazgo es el conjunto de capacidades que tiene una persona para influir en un colectivo de personas, motivándoles para que unan sus esfuerzos y consigan alcanzar sus objetivos comunes. En nuestra sociedad actual existe una necesidad de encontrar personas que sean un referente de valores éticos y humanos y nos aporten un nuevo modelo de liderazgo espiritual.

¿QUÉ ES EL LIDERAZGO ESPIRITUAL?

Un líder espiritual es aquella persona que ha realizado un profundo trabajo de auto-conocimiento a través de la introspección, el silencio y la meditación. A través de este proceso podemos aprender a conectar con nuestra verdad interior y nuestra esencia espiritual, donde residen los valores eternos de paz, al amor, la sabiduría.... El líder espiritual sabe escuchar la voz de su conciencia y su vida es la expresión permanente de esos valores espirituales. Actúa con profunda integridad y aplica el principio "debemos ser el cambio que queremos ver en el mundo".  Por tanto sabe de la importancia de predicar con su propio ejemplo los valores, actitudes y comportamientos que quisiera ver en el mundo y la sociedad actual.

Esta breve historia acerca de Gandhi ilustra la importancia de mantener coherencia e integridad a la hora de transmitir un modelo de liderazgo espiritual a los demás:

"Cuenta una historia que en una ocasión una abuela llevó a su nieto ante la presencia de Gandhi. EL niño tenia un apetito insaciable por el azúcar, lo cual estaba poniendo en peligro su salud.
Por favor, ella suplico a Gandhi, dígale a mi nieto  que deje de comer azúcar, ya que él lo respeta mucho a usted, yo se que él le escuchará lo que le diga. Gandhi les pidió que se fueran y regresan en cuatro días.
Cuatro días más tarde regresaron la abuela y el nieto. Gandhi, mirando a los ojos del niño le dijo con autoridad: "Deja de comer azúcar, estás perjudicando tu cuerpo y tu salud".
Después de un breve silencio la abuela le preguntó a Gandhi. Señor, ¿Por qué nos pidió esperar cuatro días y regresar, si esto mismo se lo podía decir el día que vine?
Gandhi respondió: "Señora, hace cuatro días yo también tomaba azúcar y no podía hablarle con la autoridad de la experiencia a su nieto. Ahora si que puedo, porque hace cuatro días que dejé de tomar azúcar".

"CONÓCETE A TI MISMO"

Se dice que estas palabras estaban inscritas en la puerta del templo de Apolo en Delfos, lugar de culto de la antigua Grecia. A pesar que se suelen atribuir al filósofo Sócrates (470 a C. - 399 a C.), parece que su origen se remonta más allá del siglo VI a C. la importancia de este aforismo atemporal radica en que orienta a los seres humanos a que exploremos nuestra realidad interior, donde se encuentra todo lo que necesitamos para poner fin a nuestro sufrimiento y alcanzar la felicidad y plenitud que tanto anhelamos.

Debemos aprender a conocernos en dos direcciones, por un lado conocer y aceptar nuestra belleza y bondad, que son el potencial más elevado que hay en nuestro ser; pero al mismo tiempo conocer y aceptar nuestras debilidades e imperfecciones, para así intentar cambiar y mejorar. Cuando vamos descubriendo de nuevo quien somos podemos fortalecer nuestra positividad y terminar con la negatividad de nuestra personalidad. El silencio interior y la práctica de la meditación nos ayudan  a reencontrar un espacio en nuestra mente donde conectamos con nuestra esencia original de paz, verdad y amor.
Mediante el desarrollo del auto-conocimiento y la conciencia de nuestra identidad espiritual auténtica podemos ejercer de nuevo un liderazgo silencioso en nuestro entorno cotidiano, transmitiendo con nuestra actitud, visión y acciones aquellos valores que nos gustaría ver en el mundo.